RINCON BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
28 de Enero de 2020- Más que justificado el pesar a nivel mundial por el fallecimiento del basquetbolista Kobe Bryant en un accidente aéreo, mismo que se viste de drama al ser acompañado por la muerte de su pequeña hija y siete personas más. El pesar, el dolor, se ha manifestado en aquellas personas a las cuales “llegó” Bryant con sus logros deportivos.
En esta ocasión, no hay exageración alguna en que los medios en Estados Unidos (y en muchas parte del mundo) califiquen al deportista fallecido como “leyenda”, que el título cabe perfecto en la trayectoria profesional de Kobe. Sus logros, sus hechos proyectados a su existencia, lo avalan al 100 por ciento.
Y esta ausencia física llega apenas días después de que surgiera la polémica luego de que al futbolista Javier Hernández le atribuyeran que se haya calificado a sí mismo como un deportista “leyenda” y a su vez, hubiera quien estableciera que en México muy pocos deportistas hayan logrado semejante estatura de trascendencia.
Citaron a Julio Cesar Chávez, a Hugo Sánchez y a Fernando Valenzuela, además de a dos que tres medallistas olímpicos. Y ahí cerraron la lista. Pausa entonces para preguntar, inocentemente, ¿por qué dejar fuera a Hector Espino? ¿En qué momento y bajo qué argumentos no entra en la clasificación el jugador de mayor impacto y relevancia a nivel nacional que ha tenido el beisbol en nuestro país?
DEFINICIONES- AL igual que en lo que llaman “cultura popular”, en el periodismo deportivo es muy común el abaratamiento de los calificativos. Abundan los lugares comunes, los gastados clichés así como el obsequio de títulos que quedan muy lejos de la realidad.
En el béisbol, no solo es llamar “gran jugada” a lances naturales; calificar de “valiente” a un strike que lanza un pitcher o que un batazo detrás del cuadro sea calificado como “cañonazo”. Esto va más allá.
Uno lee o escucha que, por ejemplo, a un pelotero se le denomine “icónico” sin que se ofrezcan referencias del porqué la grandilocuencia. Y peor es cuando se intenta calificar como “ídolos ” a jugadores que a lo mejor, lo son del periodista, no de la afición.
Regresando al tema de origen: ¿Valenzuela como solo pelotero leyenda de nuestro béisbol? ¿Nada de pelear por Espino o Beto Ávila y tal vez pujar, aunque no haya éxito por Vicente “Huevo” Romo o por Nelson Barrera?
Espino se convirtió, en su momento, en “leyenda viviente”, disfrutando en vida (como pocos) el reconocimiento, Valenzuela lo mismo, ¿será Pancho Campos el tercero de esa especie?
De acuerdo, muchos candidatos no hay, especialmente su regresamos al siglo XX y advertimos que no existían las redes sociales que hoy sirven hasta para canonizar personajes. Podríamos dejar por fuera a deportistas que llegaron a “tocar” a la comunidad deportiva y que a más de sus éxitos estrictamente deportivos, llevaron una vida de ejemplo para los demás.
Y es que al menos para nosotros, ser convertido en leyenda deportiva pasa por necesidad sobre los rieles de una vida cercana a lo ejemplar. ¿Cumplen nuestras leyendas beisboleras dicho requisito?
CERCA- La LII serie final de la LMP se acerca a su final al regresar a Culiacán en ventaja de 3 juegos a dos, luego de que muy apuradamente lograran su tercer triunfo en la serie.
De se muy dramático quinto encuentro nos quedamos con lo que a nuestro juicio fueron dos momentos de decisión para Juan Pacho y en los que creemos (en lo personal) se alejó del “librito” con el que lo conocemos como manager.
Primero, octava entrada, ganando los Venados 1 por 0, situación de corredor en segunda de Tomateros con un out, deja a su relevista Iván Zavala en la loma y no llama al cerrador Tiago Da Silva para buscar los 5 outs finales. Se sabe que Da Silva puede trabajar más allá de un inning y además había descanso al día siguiente.
Lo segundo es menos para la duda; novena baja, corredor de Venados en segunda sin out no tocó la bola por tal vez, respetar la jerarquía de su cuarto bat Ricky Alvarez.
Dudas de alguna manera razonables que surgen en una serie por el campeonato.