RINCÓN BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
9 de Junio de 2020- Festeja la Liga Mexicana de Beisbol 95 años de existencia, motivo para celebrar en todo derecho pero al mismo tiempo, creemos, para hacer un necesario ejercicio de reflexión de lo que ha sido el viejo circuito, de lo que ha logrado y cómo es que se dibuja su futuro.
Como toda entidad que se hace pública, la LMB se enfrenta al escrutinio público, ese espejo en el que puede verse y hacer un análisis del que devengan lo mismo el autoelogio que la crítica, ese muy necesario factor que hace mejorar y al que desafortunadamente, en muchos de esos 95 años se le ha tenido aversión.
Caracterizar a la liga de beisbol profesional de verano debe partir del hecho de verla como una liga atada a cacicazgos, al perenne paternalismo de que ha sido objeto y en la cual sus personajes referenciales lo han sido Jorge Pasquel, Alejo Peralta y la dupla que conformaron Pedro Treto Cisneros y Roberto Manzur. No sabemos si el tiempo alcanzó para integrar a la lista a Alfredo Harp, a quien vemos más como el “mecenas” al que se le ha perdonado lo de ser un favorecedor de la multipropiedad por su condición otorgada de benefactor de la LMB.
Es en esos caciques que se ancla mucho de la historia del circuito, la mal contada historia de la liga, y en donde residen mucho de las virtudes y defectos que hoy se advierten. Épocas de claroscuros, de brillantez bajo la opacidad crónica, del lucimiento manteniendo a buen resguardo la política de poner la basura debajo de la alfombra.
Y es que la redacción de la semblanza de la LMB ha estado a cargo precisamente de los “vendedores”, lo que sea que signifique esto.
CONTRADICCIONES- Los mejores momentos de la pelota de verano enfrentan, en el análisis, eventos que los contradicen. Lo anterior partiendo por ejemplo de que ha sido un circuito en constante expansión, denotado como crecimiento y ante ello, recordar que el manoseo de franquicias ha sido visto como negocio para unos cuantos.
Recordar franquicias que fueron parte y ya no lo son, recuerdan como algunos directivos se coludieron para hacerse de plazas para más tarde revenderlas. Y con ello va el que los dineros públicos han sido una constante durante varias décadas.
El acierto de verse integrado al Beisbol Organizado desde 1955 para de ahí erigirse como un monopolio exportador que extendió tanto a la liga que forzó a ser vetados por Mayores y a tensar las relaciones que hoy se ven magras, por no decir que inexistentes.
No se puede destacar a la LMB por su trato con los peloteros, poco que alabar en ese aspecto si es que un enorme tache en su historial es el vergonzante papel de sus directivos en 1980 y la intentona de 40 años por hacer creer que la huelga de beisbolista de ese año es inexistente. Ni un asomo de reivindicar el movimiento de la ANABE, ni un atisbo de querer reconocer culpas propias y exonerar de toda culpa a un movimiento que se supo mantener vigente y que aún más, arrojó frutos con algunos logros que al menos, se les debería acreditar. Pero la mezquindad ha sido signo y característica.
DESARROLLO- Uno de los logros que históricamente se ha autoadjudicado la LMB lo ha sido el asumirse como eje del (pobre) desarrollo de peloteros, sin nunca detenerse a pensar que primeo se fue un mero trampolín de afanes exportadores aprovechados por muy pocos y más tarde, el abuso que dio pie para abusos y maromas que se ganaron un merecido veto.
Sobre este tema, por más y muchos sean los nombre de peloteros involucrados, la mala y escasa narrativa , la poca veracidad y la nula exigencia porque se diga la verdad.
Sí, Noventa y Cinco años por los cuales merece la felicitación a la LMB, la forzosa celebración y merecida conmemoración. Pero nada mal sería que en medio del júbilo, se presentara el juicio somero, imparcial. Que se dijeran las verdades que no serían autoinmolación sino más bien, declaración de que hoy se quieren hacer las cosas honrando precisamente, los 95 años que hoy mueven a la fiesta..