ASCENSOS, TAZAS DE CAFÉ Y PERMANENCIA

Paredes

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

17 de Agosto de 2020– En la semana que se fue, en Quisqueya se quedaron esperando a celebrar la llegada del pelotero dominicano número 800 que alcanza las Grandes Ligas, de por vida. Ocho centenas que, ni modo, se comparan con los menos de 140 mexicanos que han logrado tamaño hito personal.

 

En el abrir de la presente semana, se anuncia que el infielder Isaac Paredes (Tigres de Detroit) y el jardinero Luis González (Medias Blancas) fueron llamados por sus respectivas organizaciones a sus equipos “grandes” para tal vez, debitarlos esta misma temporada.

 

La noticia es muy buena y se recibe como tal. Las condiciones tan particulares de esta campaña en la Gran Carpa hacen posible, creemos, que los clubes se animen a hacer este tipo de llamados a peloteros de sus granjas y es por ello que pensamos que tal vez se trate de invitaciones aprobar la célebre “tacita de café”.

 

Ya este año se dio el ascenso de Humberto Castellanos con los Astros y de Víctor González con los Dodgers, éste último apenas apareciendo en un juego en lo que vemos como un reflejo del efecto “taza de café”. Muy lejos de esperar una larga trayectoria con el equipo si no es que hacen surgir, casi de inmediato, excelentes perspectivas.

 

El otro punto que surge, que ya no es curiosidad, es que son peloteros nacidos, sí, en México, pero formados y desarrollados deportivamente en Estadios Unidos luego de haberse trasladado al vecino país desde muy temprana edad. Eso inhibe a que se levante la propaganda “desarrolladora” que suele presentarse en estos casos.

 

DESEOS- Lo menos que se pudiera desearle a estos paisanos que recién se ascienden es que logren algo más que solo presentarse y luego ser puestos fuera de roster. Que su llamado no sea presentarse ante el perifoneo sino inicio de una carrera larga vestido con una franela ligamayorista. No es fácil, en especial lo de González luego de que los Medias Blancas están llenos de talento, básicamente cubano, que le están otorgando a los patipálidos.

 

González no llega con las credenciales que se le otorgan, por ejemplo, a Luis Robert, a Moncada o a Eloy Jimenez. Su tarea será titánica si es que quiere en verdad hacer huesos viejos en Chicago.

 

En el caso de Paredes, a quien se le ha visto jugar en la LMP, es un pelotero ya más hecho, más maduro, cuya tarea será hacer fuerte a un cuadro felino que no es precisamente sólido y puede que eso sea factor a su favor.

 

Fuera de esto, bienvenidos dos mexicanos más a las Grandes Ligas. Ojalá y que lo humeante del café sea duradero.

 

POLÉMICA- Como desde hace rato y de manera recurrente, la llegada de mexicanos a las Mayores es oportunidad para que se abra el sempiterno debate acerca de si debe o no, subdividir la lista entre mexicanos “nativos” y “no nativos”. Persiste el encontronazo así sea que el denominador común sea llamarlo ”mexicanos”.

 

El ahondamiento de este debate ha llegado incluso a marcar como referente lo que establezcan las propias Grandes Ligas, el cómo los anuncien, pasando por alto lo que el sentido común, al lado de la Constitución mexicana, establezca al respecto.

 

En todo caso, tal vez podría pensarse que una manera de establecer el origen del pelotero no sea la nacionalidad sino la cuna de su formación. Esto es, dejar en claro en dónde “se hizo” pelotero, en dónde realmente se le detectaron sus facultades para entonces hablar de “mexicanos formados en”… sea en lo local o en lo extranjero.

 

Aunque de alguna forma, la polémica le pone sabor al caldo, así sea que como en este tipo de casos, los extremismos se quieran imponer.

 

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