SOBRE LAS REGLAS “NO ESCRITAS” DEL BEISBOL

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RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

21 de Agosto de 2020– Fernando Tatis Jr. está siendo gran animador de la minitemporada 2020 de Grandes Ligas,  tanto como para incluso, ser personaje que se tome para reanimar el tema de las ya célebres (algunas borrosas) reglas “no escritas” que existen y perviven en el beisbol. De entrada se debería clasificar este tópico como códigos muy particulares así como existen en otras actividades.

 

Con los Padres de San Diego, su equipo, adelante en el marcador por siete carreras, el dominicano encontró las bases llenas y estando en cuenta de 3 bolas sin strike, al siguiente pitcheo hizo swing y conectó cuadrangular, grand slam que desató el ¿coraje? ¿extrañeza? Del manager de los Rangers de Texas, Chris Woodward, quien se lanzó diciendo que Tatis había “violado” una regla no escrita. Regla de la que hasta ahora varios no estaban enterados.

 

Curiosamente, al siguiente bateador, Manny Machado, el lanzador Ian Gibaut le pasó un pítcheo por atrás de la espalda, lo que se entiende como “ordenado” por Woodward en acatamiento a una de las reglas a las que aludió.

 

Tal vez lo más extraño haya sido que al concluir el juego, el propio manager de los Padres, Jayce Tingler no haya estado nada contento cuando la estrella en ciernes regresó al dugout y en declaraciones haya expresado su casi acuerdo con lo que dijo Woodward.

 

Mucho hay de falso pudor y ausencia de recato en todo esto. Las “reglas no escritas” no son sino especie de leyendas urbanas con las cuales, se especula, se rige la convivencia civilizada entre compañeros de profesión. Al estilo de “lo lo que se dice y hace en los vestidores, se queda en los vestidores”, si bien esto tiene “asegunes” como lo pudo haber sido, entre otros, el consumo de sustancias hoy prohibidas o más reciente, el uso de estrategias y triquiñielas para el robo de señales.

 

PARADIGMA- Tal vez lo dicho por Woodward debe catalogarse como un soberano invento, una patraña surgida al calor de la derrota, y que ojala no sea punto de origen para que otros personajes aprovechen para por iniciativa propia, agregar teorías sobre lo que “deben” ser otros reglas no escritas.

 

¿Qué caso tiene agregar (casi oficializar) más tradiciones a un juego que está pleno de ellas? ¿Es conveniente agregarle más al acervo de la especial idiosincrasia del pelotero?

 

Decir ahora que es una falta de respeto hacer swing estando en cuenta de 3 y nada y peor si es que el swing se vuelve cuadrangular si es que el score es abultado. El mensaje que se envió al establecer la patraña es que los equipos se exijan a ya no hacer daño al rival, que ya nadie la eche más ganas y que las cosas asó queden.

 

Algo así como una tácita regla “de misericordia”, que inhiba todo esfuerzo de competencia, de exigencia profesional que así de entrada, suena como producto de una mentalidad muy chiquita, muy chafa y poco profesional.

 

Muy de acuerdo con que existan esos códigos, aunque en algunos no se concuerde, al estilo de que un sin hit no sea roto con un toque de bola. Si es que éste es un recurso reglamentario. A lo mejor, y solo tal vez, se hallevado al extremo eso del “respeto”, tanto que a veces parecen protocolos de conducta de la época victoriana.

 

ESTRENOS- Siguen apareciendo mexicanos en las Grandes Ligas, con Jesús Cruz apareciendo con Cardenales, regresando Víctor González con los Dodgers y a la espera de que Ramón Urías haga lo propio con los Orioles en próximos días.

 

De acuerdo, el júbilo, pero también la reflexión: ¿habrá continuidad, permanencia de estos peloteros o serán solamente señal de un experinento propio de la temporada inédita?

 

Más aún, si el promedio de edad de esta generación de mexicano es superior al de los 25 años, ¿en dónde está la nueva generación, la que sigue, la que a sus 18 años o menos esté brillando llamando la atención?

 

¿Acaso la está formando PROBEIS o una academia de El Carmen que hoy quiere presumir que en sus instalaciones alojaron a algunos de esos jugadores? Porque de formación poco hablamos, pocas referencias.

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