TROUT E ICHIRO, EVENTOS PARA RECORDAR

Ichiro

RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

22 de Marzo de 2019- En los días recientes, dos eventos que de alguna manera representan hitos importantes en la historia del béisbol de Grandes Ligas, hechos disímbolos entre sí y que sirven para señalar (otra vez) las diferencia entre el “béisbol de ayer” y lo que parece ser “el nuevo béisbol”.

 

Por un lado, la anunciada firma de Mike Trout con los Angelinos de Los Ángeles por 12 años y 430 millones de dólares, el contrato “record” para el mejor jugador de su generación (no de la historia), el Huitzilopochtli del béisbol moderno que hace saltar de gusto a los seguidores de la secta soberbiométrica. “El WAR no falla” podría ser el estribillo de la celebración.

 

Por el otro lado, el retiro de Ichiro Susuki de la pelota profesional, el legítimo abanderado de las tareas de globalizar al béisbol ligamayorista, ícono de ese esfuerzo y proyectado como el futuro primer entronizado al Salón de la Fama originario del Japón.

 

Entre los dos eventos, nos quedamos con el simbolismo de lo segundo que lo de la firma de Trout quedan resabios por cuanto al momento en que se da, la revolcada que le da al mercado beisbolero y los efectos que se preveen. Eso y el diluvio que viene.

 

Nadie dice que no merezca los 430 millones, que así se le reconozca como un gran jugador y todo lo que va inherente a ello. No compramos lo del romanticismo en el que se quiere envolver por aquello de la lealtad a la camiseta, el tema es el billete y cómo es que este tema se ha convertido en la nueva estadística.

 

Ni tampoco que esos 430 millones lo conviertan en “el mejor de la historia”, arenas movedizas en las que muchos caen porque a veces, momentos agitados estos, ni tiempo hay para revisar el pasado.

 

NIPONERÍAS- El retiro de Ichiro Susuki ha sido con mucho, algo que deberá citarse en el futuro como algo relevante. De alguna manera, simplificando el tema, jugador que ejemplifica el caso de éxito en la aventura de globalizar el béisbol de Grandes Ligas, así haya sido por negocio.

 

Desde nuestro ángulo, Ichiro será uno de los últimos peloteros que lleguen a Cooperstown sin necesidad de acudir a la “magia” de las ponderaciones soberbiométricas, sin necesidad alguna de exigirle a las ciencias “exactas” que midan su grandeza dentro de los diamantes.

 

Al nipón no se necesitará embadurnar con la insabora ensalada de siglas a las que la secta SAGR acude, no se necesitarán BABIP, ISO, UZR. RAR o la piedra filosofal del WAR para crearle rasgos de grandeza a quine representó la grandeza.

 

Más allá de ello, la calidad natural del pelotero, las mediciones, “tradicionales”, las más simples, pero que son más que útiles para darse cuenta de la grandeza de un pelotero. Dentro de lo muy mejor de su generación.

 

Nada más que nadie diga que el salario más elevado de Ichiro fue de 18 millones de dólares por temporada. Ese es dato, no estadística.

 

AHORRO- Al parecer, la Liga Mexicana de Beisbol ya puso en marcha un pal de austeridad (o de ahorro) si es que nos atenemos a las recientes declaraciones de su presidente.

 

Resulta que evitaron acudir a un laboratorio de física de alguna universidad o contratar a expertos (nacionales o extranjeros) que hubieran representado la erogación de varios cientos de dólares. Bastó con que Javier Salinas, a puro palpar, estableciera que la pelota “Franklin” es de mejor calidad que la “Rawlings”.

 

Bendito don el que tiene Salinas como para aún sin ponerse el juego la nueva marca de pelota de la liga, adelante que es mejor y que además, se ´proyecta para ser factor para mejorar el producto. Ni Uri Geller en sus mejores tiempos.

 

Seguro que el resultado de las “pruebas científicas” de Salinas no se deben a que “Franklin” sea ahora socio comercial de la liga, ni quien ose aventurar semejante tesis.

 

Ojala que los usuarios de la pelota, los peloteros, no empiecen a quejarse y con  sus dichos den la contraria al ejercicio pericial de Salinas. Peor aún, que los resultados no muestren que el diagnóstico presidencial es errado.

 

Eso y que te reviente un globo en la cara casi es lo mismo.

 

BTW- Hablando de la pelota y tan colgada la LMB del estreno del nuevo estadio en la ciudad de México, nada malo sería tener un “plan B” en caso de que resulte una pelota “calcetinera” y el espectáculo tienda a “chafear”.

 

Ha sido mucho el ditirambo por el nacimiento del nuevo estadio, muchas (y algunas hasta absurdas) las exageraciones como para crear altas expectativas que no merecerían ser derrumbadas por la llegada de una pelota que poco aporte a la cuestión deportiva.

 

La mezcla no se antoja muy recomendable: la altura de la ciudad de México, el “Harp Helu” tendrá pasto sintético, la inercia del nivel de pitcheo de los últimos años y más aún, una eventual clon de la infame pelota “Comando” de los Ochenta.

 

Por más júbilo que promueva el surgimiento del nuevo estadio, como que semejante escenario no luce como el ideal.

 

Porque no todo será hablar de “juegos electrizantes”, que hasta las “nuevas audiencias” saben exigir calidad de béisbol. Y eso es algo en lo que la pelota a utilizar contribuye en mucho.

 

Ojala, en serio que ojala.

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