ALGODONEROS DE GUASAVE Y EL AZUL CELESTE

ESTADIO GVE

RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

1 de Abril de 2019-  El anuncio de la (anticipada) expansión de la Liga Mexicana del Pacífico y la adjudicación de plazas para concretarla fue todo una idea de Andrés Manuel López Obrador. La idea no salió de empresarios interesados, que lo había, sino surgió de un acto de autoridad del presidente de México.

 

En base a lo anterior, nadie se diga extrañado porque las cosas no caminen a como el béisbol invernal quisiera. AMLO quiso cumplir a su manera un compromiso de campaña sin ver más allá la satisfacción de la clientela, no los problemas en que metió a la liga y a los empresarios “invitados”.

 

Por lo pronto, la LMP anuncia que no se “raja, que no se echa para atrás mientras que uno de los “invitados”, Alfredo Harp, se deslindó de fina manera al decir que él pone 70 millones para el estadio y sanseacabó, de operar el equipo ni hablamos.

 

En Monterrey parece no haber problema, ganas y dinero hay, está muy identificado el grupo que quiere la franquicia y la solvencia económica que existe tras esos afanes de incursionar al invierno beisbolero. La franquicia diez, la realmente invitada.

 

Pero es en Guasave donde la puerca anda torciendo el rabo, tanto como para que los que se supone están al frente del equipo estén “deslizando” que a lo mejor y dejar la idea para después porque, filtraron, la cosas no les serán tan baratas como creían. Menos baratas de lo que se supone les podría salir teniendo por delante a la 4T.

 

Convertirse en socios de una empresa implica (se entiende) que el interesado ponga lana por delante para más adelante, recibir beneficios de su inversión. Esto aplica también en el béisbol.

 

RECURSOS- La filtración que hicieron los empresarios que eventualmente se harán cargo de los Algodoneros trataron de hacer ver que la LMP pide que se paguen 10 millones de dólares por la adquisición de la franquicia, algo que debe observarse como algo razonable tomando en cuenta que están invirtiendo en una empresa altamente redituable.

 

La inversión original contempla hacerse de peloteros, los derechos sobre la plaza, prioridad para elegir peloteros de primera firma, entre otros detalles.

 

Aquí, ojo, el valor no es por el tamaño de la plaza ni el valor económico, recurso que confunde a la hora de las declaraciones hoy filtraciones, sino es el valor que concede la liga al “pasaporte” que da acceso a una maquinaria que hoy en día, es una de las más exitosas en el ámbito deportivo a nivel nacional.

 

Ninguna otra liga de México y el Caribe puede presumir la rentabilidad y los términos de autosustentabilidad económica de que disfruta la LMP.

 

OBVIEDAD- En Monterrey, ya tienen nociones de que su inversión puede recuperarse en unos tres años, tanto por esfuerzos propios como por los recursos que genera la liga y que se distribuyen de manera equitativa entre los socios. Anotemos: publicidad institucional, TV (Megacable), derechos Serie del Caribe, etc.

 

Cuando Guasave se mudó a Guadalajara, el trato fue entre dos partes, no fue compra de franquicia sino mudanza. La liga no recibió ingreso alguno por el movimiento. Lo de hoy es diferente, los ingresos son para todos porque todos son socios.

 

Las cosas están avanzando, siguen las negociaciones y si están de alguna manera estancadas es porque en Guasave les cayó tarde el veinte de que Alfredo Harp solo estará ayudando en lo del estadio y no hay entonces ese gran capital que algunos imaginaron.

 

Quienes estarían al frente de los Algodoneros, seas por decisión propia o porque AMLO se los pidió, se encuentran ahora ante lo que puede parecer incómodo pero que con visión empresarial puede resultar un “tiro”. Hacerse socios de una empresa solvente bajo el esquema de poner dinero por delante.

 

El problema no está en el la cuota de admisión sino en la imposibilidad de pago del presunto interesado.

 

Y es que así dicen que se dice desde hace tiempo: el que quiera azul celeste, que les cueste (pero sin subsidios, please).

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