RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

15 de Marzo de 2021- Que se creen más pelotas en movimiento y por ende más acción en bases, reducir tiempos de juego, con más ritmo y buscar reducir jugadores lesionados son las razones que esgrime el proyecto “experimental” que pondrá en uso Grandes Ligas este año en las Ligas Menores, conejillo de indias a la mano, en una nueva embestida para seguir la intentona por reinventar al beisbol.

 

Modificaciones, algunas, que parecen rayar en lo absurdo desde la óptica tradicionalista; otros sin aparente lógica a la vista y de relleno, cambios que pecan de innecesarios.

 

Pero si se dice que todo está dirigido a la modernización del juego (desterrando lo “viejo”) y que las medidas van dirigidas para agradar a las nuevas generaciones de aficionados, argumentos que parecen validar de antemano los afanes “modernizadores”.

 

Entre lo que se pondrá en práctica, por ejemplo, la utilización de robots para la marcación de bolas y strikes, que si bien suena genial en primera instancia, hace pensar que así de plano se desecha en pleno el factor esencial de este deporte, el humano. Todo en aras de “hacer justicia”, que muchos lo ven como el objetivo último de la competencia, aunque se sabe que muchas de las veces la “justicia” no es más que un elemento, no una meta final por sí misma.

 

Y veremos en el futuro no a los relatores expertos del “viejo juego” sino a los que se olviden del génesis y se concentren para solamente lo que ha nacido por estos años. Esta es palabra de Manfred.

 

OBLIGACIONES- Parte importante de estos cambios sugeridos lo constituye la exigencia está en el proceso de enseñanza, en que desde ahora se busque no solamente actualizar a los niños y jóvenes practicantes del beisbol en todo el mundo sino que quienes lo enseñan, los instructores, sepan actualizarse en sus formas de entrenamiento.

 

Esto incluye, por ejemplo, instruir a los lanzadores para entender que los revire son ya limitados, que desaparece mucho de la estrategia del movimiento de lanzar hacia las bases sino que pareciera que todo el enfoque deberá ahora estar esencialmente sobre el bateador parado sobre el home.

 

De igual manera, el velado veto que pesará sobre los “shifts” defensivos, que los jugadores de cuadros deberán hacerse a la ideas de que deberán ahora saber que los movimientos sobre el cuadro estarán vigilados y sometidos a la lupa de quienes sanciones el juego.

 

Suena lo anterior al gran absurdo, a la ilógica de que por querer “apresurar el juego” se limite la estrategia o en cierta forma, darle ventaja a un sector (el ofensivo) sobre la defensa (pitcheo y fildeo).

 

Dudoso saber si estos cambios propuestos hacen al beisbol más o menos atractivo o incluso, con un más rápido desarrollo. Lo cierto es que al menos desde nuestra visión, lo hace menos comprensible, más dirigido a sectores que poco acercamiento tienen a este deporte y a quienes les queda el prurito de entenderlo bajo la simple explicación de que se trata de un juego en el que “hay que golpear la pelota con el bat”.

 

CUESTIONAMIENTOS- El período previo a la temporada de Grandes Ligas, los entrenamientos que se encierran en el llamado “Spring training”, sirven ante todo para ir midiendo el avance de los  talentos de los jugadores en la víspera de que arranquen las acciones de verdad.

 

Por ello es que resultan a veces poco veraces los señalamientos de si alguien está o no está “al nivel”, de si aplica en estos casos eso de que hay malos augurios para el pelotero si no oferta buenos números en la pretemporada.

 

Lucir bien o mal en los entrenamientos son indicios, solamente eso. La real unidad de medida viene a la hora de la temporada, sea para justificar percepciones o para salir de ellas.

 

Algo así como decir que no es lo mismo el noviazgo que el matrimonio, algo así.

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