BEISBOL DE VERANO Y LA TERCERA OLA

ESTADIO TABASCO

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

23 de Marzo de 2020- La percepción para muchos en estos tiempos de “nueva nornalidad” es que las cosas van “mejorando” y por eso la relajación de conductas, el alejamiento a las medidas de precaución y el desdén al bicho por aquello de que “ya hay vacuna”. En contraparte, los avisos que se dan a conocer de que “ahí podría venir una tercera ola” de contagios. Entre el cielo y el infierno, pues.

 

En el entretanto, continúan los planes para que la LMB lleve a cabo su pretendida campaña 2021 en la que se incluye, como una alta posibilidad, de que en varias plazas se puede contar con aficionados en las gradas. Esto ahora se observa bajo la consideración de que sería si la “tercera ola” no nos alcanza.

 

Interesante resulta que en el caso de Tabasco, aún y su previsible condición de estar en semáforo verde, se anuncie que las cosas serán a puerta cerrada, supuesto golpe muy duro para las arcas del club, de quien se sabe se mantiene con recursos salidos del erario público. Impuestos mermados, pues.

 

No olvidemos que se ha reconocido que para la mayoría de los clubes de la LMB la taquilla representa el fuerte de sus ingresos así que este no es un tema menor. Llevar gente a los estadios da un respiro a las finanzas de los clubes, no es solamente un ingreso colateral.  

 

De igual manera, poco se ha sabido si es que efectivamente, la proyectada temporada veraniega contará con una difusión acorde a la intentona en estos difíciles tiempos que se viven. Desde la presidencia de la liga nada se ha dicho acerca de eventuales acuerdos o contratos como para quedar enterados de que su espectáculo podrá ser visto a nivel nacional constituyendo así un alivio para la mermada economía del viejo circuito.

 

Todo bajo el espectro de la eventual llegada de “la tercera ola”.

 

DECISIONES- Mucho de lo anterior se refleja en las decisiones que están tomando algunos clubes en relación a sus gastos, específicamente en lo relativo a la nómina. Bajar salarios hasta en un 70 por ciento con respecto al 2019 (en 2020 no hubo temporada) ya es del conocimiento público. tal y como sucedió con Rolando Valdez y los Rieleros de Aguascalientes.

 

Muy pero muy complicado resulta atender la carencia de ingresos que un buen número de peloteros ha tenido desde hace más un año(si es que no jugaron en la LMP) y buscar el sostenimiento del equilibrio en las finanzas de cada club.

 

Se percibe así que al final de cuentas, solamente se sostendrán los clubes apalancados en liquidez, en cartera gorda, que sean capaces de resistir un año de previsibles pérdidas, de magros ingresos, así que más vale, desde su óptica, cerrar la llaves donde más agua sale.

 

Desafortunadamente, el criterio de origen sigue siendo el salario de los peloteros como necesario de recortar, quedarse en la idea de que “lo que se pague, les ayuda” y hasta ahí queda el esfuerzo. Reactivar a la empresa, de acuerdo, ¿pero a costa del bienestar de la fuerza humana que la hace posible? Aquí otra vez, hasta el cansancio, surge la imperiosa necesidad de que exista un ente intermedio que medie en este tipo de situaciones, que ayude a negociar entre los peloteros (en plural, como gremio) y los patrones (dueños de clubes).

 

Porque planteado así, tal parece que las cosas se quedan en el limbo del “ lo que importa es que haya beisbol”.

 

DECISIONES- Y como para hacer más serio (por decirlo de manera elegante) uno observa que la LMB decidió que para este año, curiosamente, cada club podrá contar hasta con siete extranjeros, decisión que se antoja que choca con el presunto interés que dicen tienen en el pelotero mexicano. Tal vez, entre líneas, sea un velado reproche al esquema salarial  que, curiosamente, han sido los propios directivos los que los han impuesto.

 

Porque no parecen compaginar mucho eso de que “te reduzco el sueldo un 70  por ciento” pero al mismo tiempo, “ahora juego con siete extranjeros”., apenas, claro está, que éstos lleguen con salarios de regalo.

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