RACISMO ES LA EXCUSA PERFECTA

URIAS7

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

7 de Julio de 2021– EL Juego de Estrellas ya no es lo que llegó a ser. Muchos factores han incidido para que de alguna manera, el llamado “clásico de media temporada” lustre y ese oropel que llegó a tener. Los grandes sueldos que hoy varios estelares devengan ha originado declinaciones amparadas en el “quiero descansar” que no son sino (digamos), elegante forma de rechazar invitaciones que antes de premiaban con bonos de miles de dólares.

 

Queda muy poco de aquel gran interés por ser llamados, para defender el orgullo competitivo de la liga que podían representar y el gesto, casi magnánimo, de entregar lo mejor de sí mismos para agradar a la clientela.

 

Lo de hoy es una pachanga que busca el negocio, animado por un ánimo relajado que tal parece queda centrado en eventos previos como el venido de menos Hime Run Derby que este año, tal parece queda centrado en vender la figura (y jerseys) de Shohei Otani.

 

El resto queda para la anécdota, para la nota de color, para los relatos “rosas” y la búsqueda del ansiado alto rating que convenza a la TV (la “pagana” real del evento) de que vale la pena.

 

Como remate, el cambio en las reglas de votación, aspecto que incide para que por ejemplo, este año sea convocado Mike Trout, el inefable Huitzilipochtli, dios de la “war” a quienes los soberbiométricos veneran como gran justificante de sus estadísticas casi “mágicas”. El mismo Trout lesionado que anda lesionado, que no ha tenido un año para poner en marca ante lo cual, MLB halló en Othani el sustituto casi perfecto.

 

Y entre este amasijo, el supuesto “espanto” porque no haya sido llamado al juego Julio Urías, el único mexicano que parecía tener credenciales como para ser llamado.

 

¿RACISMO?- Dejando de lado que no es de raza negra, que un buen porcentaje de ambos roster se integra por peloteros latinos  y que ahora son los peloteros quienes nominan a los lanzadores, no el manager, un sector de la fanaticada mexicana (de aquí y de allá) y algunos conspicuos comunicadores mexicanos hacen cer que es “injusto” que no haya sido llamado el líder de juegos ganados en la Nacional y no faltó quien haga creer que la omisión deriva del “racismo”.

 

Buena cosa, acudir al racismo como la excusa que pareciera tener “contra” y que justifica casi todo.

 

Han tenido que salir algunos a explicar, en base a cifras, para explicar que su no llamado tiene argumentos sólidos de justificación y que dejan al racional de “racismo” muy alejado, casi en el terreno de las especulaciones baratas, sacadas de la manga. Eso sí, viva el nacionalismo.

 

Y de fondo, el caso de Urías sirve para revivir la polémica de si el rubro de juegos ganados es casi insustancial, que es casi como para no tomar en cuenta porque, dicen, hay otras cifras aún más relevantes que esa de ser el ganador de muchos juegos.

 

Esa no la comparmos del todo, que no por nada en la historia aparecen nombres a los que se les cita por haber obtenido más de 300 triunfos de por vida y a los que muy poco se les agrega (WHIP y otra yerbas) para hacerlos aín más relevantes.

 

Claro, en el “nuevo beisbol” poco falta para que alguien proponga que desaparezca entonces el renglón de juegos ganados, que argumente la poca trascendencia del dato y que además, para reforzar su punto, diga que es una estadística que no es bien vista por la sacrosanta soberbiometría

 

Entre unas y otras, se comenta sobre el No llamado de Julio Urías a juego de estrellas 2021 de las Grandes Ligas. Y quien alegue racismo, que vaya leyendo mejor sobre “postración”, que bien viene al caso.

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