BUSCANDO UNA MEDALLA…ENTRE EL CAOS

SELECCION4

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

20 de Julio de 2021– Pocos que puedan decir que el proceso que ha seguido el equipo mexicano de beisbol que participará en los Juegos Olímpicos ha sido cercanamente aseado. Muchos tumbos, dudas y uno que otro incidente que a lo que menos mueve es a la preocupación.

 

De bien a bien, no se entiende del todo quién está a cargo del equipo, cual es el organigrama creado para el propósito y qué instancia, en realidad, es la responsable de rendir cuentas. Si es que las rinden, claro.

 

Centrados en directo con el roster anunciado, reiteramos que al menos en el papel. Luce como una escuadra sin mucha profundidad en el pitcheo, poder ofensuvo para salir del paso (Adrián, Meneses, Elizalde) y una defensiva muy solvente. Pro los “asegunes” a este compendio tan sucinto se suma, empezando por los dos casos de coronavirus detectados (Velázquez y Sammy Solís), algo menos si se compara con el hecho de que hay sobre el equipo la sombra de que aplicó el “ni están todos los que son, ni son todos los que están”.

 

Y es que de acuerdo a lo que reporta la periodista Beatriz Pereyra,, de la revista “¨Proceso”, varios fueron los que dijeron que no podrían ir a Tokio debido a que  “habían ingerido sustancias prohibidas por el olimpismo”. Hemos de suponer que los que van están libre de ese “detallito” y que no habrá alguna sorpresa que sería poco menos que grata.

 

O sea, pensando en voz alta, a Tokio no van pero sí a las plazas de la liga Mexicana de Beisbol que, toral, hace como que no ve ni escucha. ¿Qué hay doping? Multamos y seguimos jugando, tan fácil como eso.

 

RESPONSABILIDADES- Lo que decíamos acerca del dudar de cual es la instancia responsable encuentra su punto más alto de sospecha al saber el caso del antesalista Brandon Laird, quien no pudo integgrar el equipo luego de que el equipo al que pertenece en Japón, Marinos de Chiba Lote, le negó el permiso correspondiente, teoría que se aclaró más al especificarse que se desechó al pelotero porque el costo del seguro que pedía el equipo resultaba muy oneroso.

 

Si así es la historia, habría que preguntarse cómo es que quien o quienes armaron la lista pudieron no hat tomado en  cuenta semejante detalle, que fue un pecado de omisión digamos que involuntario y que fue fácil sustituirlo por el más desconocido (como mexicano) Ryan Goins.

 

Aquí la pregunta es directa: ¿quiénes son los responsables de estos asuntos? ¿Desde donde se atienden todo lo relacionado con el equipo? ¿Tiene siquiera algo que ver la federación Mexicana de Beisbol en todo este enjambre de alambres cruzados?

 

EXPECTATIVAS- Así y todo, se mantienen las expectativas, que más bien son buenos deseos, de que el equipo que comanda Benjamón Gil se pueda traer de Japón una medalla, de cualquier metal que sea. Ya hemos dicho que la tarea no se antoja nada sencilla por más que el sistema de competencia sea muy noble y permite mantener esperanzas hasta el final.

 

Enfrentar a Japón, Estadios Unidos y a República Dominicana implica que rodo será apostar a la sorpresa, a lo no esperado, además de que en el camino está Holanda, que en estas lides no es precisamente un flan.

 

En todo caso,  hay que desear buena suerte a este equipo llamado selección, ojala traiga buenas cuentas del lejano Oriente y así ayude a despejar algunas de las muchas dudas que rodean al conspicuo mundillo del beisbol mexicano.

 

Y es que ese “quién” o “quienes” estarán muy atentos lo mismo para poner el cuello y colgarse la medalla que para dar un paso atrás, decir que no era su responsabilidad y ¿oir qué no? echarle la culpa a la pandemia. Qué más da.

 

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