LAS SIETE ENTRADAS DE LA DISCORDIA EN LMB

SIETE

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

7 de Abril de 2022- Pudiéramos decir que una que una aparente ventaja de ser una liga independiente lo es tomar medidas que no necesitan pedir permiso de nadie. Tal parece que así lo hace la Liga Mexicana de Beisbol luego de sacar del sombrero, cual vil ilusionista, la “medida” (por no decir ocurrencia) de dictar que los juegos de martes y miércoles serán a partir de este año a solamente siete entradas.

 

Nos imaginamos que ésta y otras medidas que habrán de implementarse, fueron estudiadas por años, que reunieron a un grupo expertos que, en su mayoría, coincidieron en que esto ayuda a configurar ese nuevo producto que merecen y demandan los “nuevos aficionados”.

 

Dejemos por ahora a un lado el conjunto de medidas dictadas para esta campaña 2022 y concentrémonos en esto de las siete entradas para los juegos que se lleven a cabo martes y miércoles, solamente.

 

Por más que se exponga públicamente que dicha medida tenga como racional “reducir el tiempo total de los juegos y de tener enfrentamientos altamente competitivo”, late que el enunciado-justificación contiene un tono altamente excusatorio. Hacen duchas medidas brotar muchas dudas empezando por el hecho de que las siete entradas sean solamente para juegos de martes y miércoles. Falta claridad en la justicación o es que ¿acaso quieren así hacer atractivos los juegos en días de aparente baja asistencia a los estados?

 

Se hace evidente que la medida es a manera de prueba y que no deriva de una consulta a Grandes Ligas o replicar algo ya probado en ligas Menores. Más bien suena a que intentaron tropicalizar una idea interna, hecha aspiración, y que se echa a andar bajo el lema “el béisbol ya es otro”.

 

COMPETITIVIDAD- Como para reiterar los argumentos, la LMB nos dice que la intención también es que será objetivo (casi consumado, según lo que se anuncia) “tener enfrentamientos altamente competitivos”, es decir, tener más resultados de juegos en los que el diferencial sea de tres o menos carreras.

 

 Aquí la base de lo que se aspira es lo visto en torneos que organiza la federación internacional del ramo y ergo, se asocia de inmediato con la alta posibilidad de lograr un alza en la calidad del producto.

 

Lo esencial, sin embargo, radica en que los juegos a siete entradas duran menos tiempo que los de nueve y eso; ¡albricias!, permite hacerlo grato y disfrutable a esos nuevos aficionados. Permitan que esto no abarque al sector de la televisión luego de que la TV hasta ahora, no tiene peso en el béisbol mexicano de verano.

 

Hasta aquí, la duda sigue siendo el porqué de solo aplicar la medida solamente martes y miércoles, no nos dicen si es porque el “grupo de expertos” señala que son los días que menos favorecen a los “nuevos aficionados”.

 

ALREDEDORES- Lejos de encontrar motivaciones puntualmente deportivas en la medida, lo que sí es previsible es hallar rasgos de confrontación con lo que conlleva realizar juegos a solamente siete entradas.

 

Empezando por cuestionar si es que contrario a lo que establece ya Grandes Ligas, no cuentan los Sin Hit en juegos de esa duración o el hecho de que por ser “un nuevo béisbol” el bolero para esos días será más barato… todo cabe como posibilidad.

 

Esto nada tiene que ver con el “romanticismo” que critican los que apoyan la medida, el apego a las tradiciones de los “ortodoxos” o los que, según los parenegiristas, “viven del pasado”. Si los dueños de clubes lo han decidido por así convenir a sus intereses, que lo digan y punto, nada qué esconder porque no hay nada vergonzante.

 

Su la intención es hacer más vendible y costeable su producto, bienvenida la buena intención, ojala les cuaje nada más que el objetivo no sea lograrlo en base a desterrar a un sector de la fanaticada, a esos “románticos” a quienes hoy se desplaza en aras de que lleguen a los estadios las hordas de “nuevos aficionados”.

 

Pero, ya de salida, la pregunta seguirá siendo: ¿acaso la medida de jugar a siete entradas alienta en algo a mejorar el producto, a hacerlo mejor, más vendible? Esa es una razón de negocio, que no tiene nada de “romántica” y que observa, como presunta víctima colateral, a un sector de aficionados a quienes no tendrían más remedio, en caso de falla, que lamentar el balazo al pie que anticipan.

 

Tiempo al tiempo.

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