RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

11 de Abril de 2022- Llama nuestra atención el poco ruido que hizo en días pasados la noticia dada a conocer por la LMB en el sentido de que los dueños de clubes “vieron con buenos ojos” las solicitudes que recibieron por integrarse al circuito empresarios de Querétaro y Chihuahua. Así de entrada, suena a que están dando una tácita aprobación a una nueva expansión.

 

Un  primer punto a tocar sería preguntarse si es que la liga veraniega está lista para albergar a dos decenas de equipos, si las condiciones (todos los factores en juego) están alineados para que llegue esta ampliación de su papeleta la cual, al menos, no está dictada desde palacio nacional.

 

Lo segundo sería dejar plasmadas algunas dudas acerca de este interés de los empresarios involucrados y de que se ponga en entredicho la viabilidad de ambas plazas por cuanto a su sustentabilidad y permanencia. Creemos que razones no faltan.

 

En el caso de Querétaro, habrá que empezar por establecer que la plaza está muy lejos, pero en verdad lejos, de ofrecer alguna referencia beisbolera que otorgue visos de que el béisbol ahí puede ser un éxito. El hecho de que en la actualidad no haya en la LMB un solo pelotero nacido en dicha entidad, ni uno solo, ofrece de entrada una sensación de que se quiere cultivar un vergel en el desierto.

 

Ya hablar de estadio es otro boleto, el punto anterior habla de que en Querétaro hay una notable ausencia de tradición, de historia, de referentes que sin ser necesarios, son muy convenientes.

 

TARAHUMARAS- Se dijo que también hay interés de empresarios de Chihuahua por llevar el béisbol de la LMB a la capital del estado, en una nueva intentona que ha pasado ya por algunas experiencias no muy gratas de recordar.

 

Lo mismo aquella franquicia de los Setenta que se acurrucaba en el sótano del standing, el regreso luego como traspatio de los Sultanes que se mudó a San Luis Potosí o el intento último que terminó en Nuevo Laredo. Inestabilidad de la franquicia ha sido la constante.

 

Lo otro, tal vez lo más relevante, sea el hecho de la presencia y vigencia de la liga Estatal de Chihuahua, parte hay de la gran tradición beisbolera de la entidad y que supera, por mucho, al presunto interés que pueda existir por contar con pelota profesional de verano. La competencia entra ambas ligas ha sido, es y seguirá siendo, un factor a considerar.

 

CRECER- Al margen de las consideraciones que se hagan sobre ambas plazas, reiteramos el punto de partida: ¿en verdad está lista la LMB para una nueva expansión?

 

Obvio es que ante la pregunta, el pragmatismo arranque con eso de que “se crean más fuentes de empleo”, punto muy válido pero al que se le arrima el cuestionamiento de si hay en México el material humano suficiente como para dar soporte a dos nuevas franquicias. Y nos quedamos en el tema cantidad y no nos meteros con el tema calidad.

 

Así de entrada, las nuevas organizaciones tendrían que hacerse de al menos 50 jugadores mexicanos (dejemos fuera la doble nacionalidad) para por lo menos levantar el roster. Muy optimistas, diríamos que en Chihuahua habría buen chance de acudir al talento local, si es que no siguen viendo a la Estatal como mejor opción pero ¿y en Querétaro? ¿Armarlo todo a baso de billetazos, alentando que algunos equipos acudan al negocio de vender en lo interno para resarcir lo que no ingresa por exportar?

 

Lo otro sería echarle una pensada sobre los previsibles efectos que conlleva una expansión en términos de calidad y competitividad, en los efectos que esto tendría en la imagen del producto global llamado liga. Cosas y factores que al menos en la víspera, ponen a pensar.

 

Ya sabremos en los días por venir.