DE LOS LEONES Y EL “CHAPO” CAMPEONES

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RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

21 de Septiembre de 2022- De entrada, habría que decir que desde nuestra óptica la serie final 2023 de la LMB resultó atractiva, en lo general buen jugada y que arrojó un resultado justo, diciendo con esto que se llevó la corona el equipo que mereció llevársela al hacer todo lo necesario para ganar los cuatro juegos necesarios.

 

Ahora buen, antes siquiera de comentar sobre los detalles de dicha serie final o ahondar en la numeralia siempre tan socorrida, nosotros nos brincaríamos esos detalles para realizar una pregunta casi obligada: ¿lo visto en la serie final, que se alargó a los 7 juegos programados, ayuda en algo a borrar en algo las muchas nubes entre las que se movió la temporada de este año de la LMB? ¿No fue acaso un exceso de “broche de oro” para un torneo que caminó casi rengo y que nos luce que tuvo más bajas que altas?

 

La pregunta cabe ya que el ruido que levanto la final Leones-Sultanes parece que hace olvidar un rol regular que mucho tuvo de contratiempos, que se dejara de lado el que el repaso dejó muy poco para el recuerdo a no ser los muchos comentarios y suspicacias que levantó el uso de una pelota que lució como una rata con alas provocando que la pregunta recurrente fuera “¿y donde está el pitcheo?”

 

La verdad es que lo visto en la serie final estuvo muy lejos de reflejar lo que fue la temporada regular y buena parte de una maratónica ´postemporada en la que como “perla” inolvidable, queda ese 21-18 de Leones a Diablos que se señala con algo así como “que no vuelva a repetirse”.

 

NEXT- Acabada la fiesta, lo que sigue para la LMB será la revisión y levantar el saldo de la campaña, tan exhaustiva como para por ejemplo, determinar racionalmente si en 2023 habrá expansión a 20 equipos o una necesaria mudanza de plazas. El punto central es analizar a conciencia si el eventual crecimiento del número de franquicias no impactaría directamente sobre la calidad de pelota que se ofrece al aficionado y el deterioro de la calidad competitiva que se presume factor central para la estabilidad del gusto por el producto por parte de las audiencias.

 

Apostar por la expansión luce como aventarse del piso 245 sin paracaídas, solamente “a ver cómo nos va” aunque sabedores de que la llegada de dos nuevos equipos representa a su vez el que ingrese dinero fresco a las arcas del circuito.

 

Quedarse dónde y cómo están no agita tanto las aguas, se puede ver como un simple reacomodo y quitarse de plazas en donde se sufre y padece por tener un equipo de béisbol.

 

Muy pronto, creemos, tendremos la respuesta.

 

LOAS- Merecidos los elogios con los que se ha llevado a Roberto “Chapo” Vizcarra, el manager campeón, quien de haber llegado a los Leones para hacer una suplencia aprovechó la oportunidad para llevar a las fueras al título. Decir que el “Chapo” ha ganado 7 de 7 finales disputadas lo hace ver como un manager con etiqueta de “no puede fallar”.

 

Ahora bien, se entiende que esta especie de euforia por Vizcarra provoque de surjan voces que pugnen porque el “Chapo” sea nombrado, desde ya, manager del cuadro mexicano que participará en el Clásico Mundial. ¡Cómo de que no! Si fie campeón con Charros en la LMP y monarca con Leones en la LMB, nadie que lo iguale.

 

Algunos lo expresan convencidos, otros porque entre líneas buscan cobrar afrentas, de todo hay en la viña del Señor. En este tema, hay que apuntar hacia otros detalles que no queden solamente en logros caseros sino en una visión más amplia, digamos que más global.

 

Creemos que los organizadores de esta selección, como Rodrigo López, tienen claro lo hecho por el “Chapo” a nivel local, que crece su prestigio y se ha ganado el reconocimiento, tanto como para en  todo caso, llevarlo como coach de banca. Y es que delante de él, mexicanos instalados en las Mayores que se advierten más enterados del nivel al que se enfrentarán, de los peloteros a los que verá y la capacidad de lidiar con un dogout en donde no precisamente lo vital será el manejo en lo deportivo sino administrar los egos.

 

Ahí está el punto de partida.

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