RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

28 de Octubre de 2022- Suele pasar que poner en palabras lo que indica un standing con el solo hecho de verlo resulte en un análisis fallido. La tabla de posiciones viene a ser como las encuestas, resultan ser una mera fotografía del día de hoy que mañana sea diferente. Eso aplica al checar lo que este día nos dice el standing de la LAMP en su temporada 2022-23.

 

Para empezar, hay que citar que la diferencia entre los líderes Naranjeros y los coleros Charros es de apenas seis juegos, con varios equipos ubicados en el medio y que nos revela que en este inicio de campaña ha prevalecido un equilibrado nivel de fuerzas en competencia.

 

En segundo nivel de relevancia pondríamos que al menos en esta primera mitad se acentúa el que equipos como Mayos, Venados, Águilas y Cañeros han transitado más que bien, de acuerdo a las expectativas, obligados a reiterar su ritmo de aquí a Diciembre.

 

Y aunque no aparezca en la tabla, la percepción de que estamos viviendo una temporada que lejos está de alcanzar su mayor impacto, que termina de detonar y que, para algunos, su nivel de espectáculo ha venido a menos.

 

Algo para deviene de varios factores.

 

PUNTOS- Lo primero que se advierte es el que ya muy claramente el impacto que tiene en la LAMP lo que establece el Winter League Agreement y que desde hace año viene limitando la contratación de peloteros extranjeros, orillando a los clubes a tender redes mayoritariamente a las ligas independientes o bien, recurrir a los muchos peloteros foráneos instalados desde hace tiempo en México, algunos incluyo con sus respectivas cartas de naturalización.

 

No pocos muestran un buen nivel de calidad competitiva y otros, de plano, ya enseñan los efectos de la edad.

 

Este tema nos lleva al otro punto que considerados más grave aún y que tiene que ver con la marcada presencia de una generación de peloteros nativos que ya van de salida, varios veteranos que aún sigue en la brega y que se mantienen, algunos, solo con chispazos.

 

¿Quiénes son hoy los bateadores y pitchers dominantes, los “grandes estrellas” que brillen tanto en verano como en invierno?

 

Hablamos no de ídolos sino de Figuras y que nadie entienda esto como algo confuso: actualmente a la primera se llega más fácil gracias a la propaganda mientras que a la segunda apenas con números y logros.

 

Y nos parece algo lastimoso que no se observe en el horizonte inmediato a los que recojan la antorcha de los que van de salida, a los que dejan huella. Para llevar esos huecos en la narrativa, se acceda al fácil expediente de lanzar al viento los nombre de los mexicanos ligamayoristas para de esta manera argumentar que  después de todo, el terreno no un desierto.

 

Pero este 2022, en especial, nos dice que el presente del béisbol mexicano es algo parecido al “Llano en Llamas”.

 

EJEMPLO- Cabe bien mencionar como gran ejemplo de lo anterior el nombre de José Manuel Rodríguez, el “Manny”, quien está en su anunciado último año como pelotero.

 

Ha sido el “Manny” pelotero hecho ídolo en plazas como en Saltillo en la LMB y en Guadalajara pero más allá de eso, tal vez el mejor segunda base de los últimos tiempos al menos en invierno, colocado actualmente como uno de los tres mejores bateadores en promedio de la LMP de por vida, solo por debajo de Héctor Espino.

 

Este dato le da relieve y lo encumbra a nivel de figura pero la reflexión a que da pie es para preguntar ¿y después de él, quién? ¿Cuánto tiempo tardará en irrumpir quien llene sus zapatos?

 

Ese es el gran tema: la lentitud a la que parece estarse moviendo la obligada transición generacional en el béisbol mexicano, el cual dentro de muy poco forzará a que se hable del pasado de  la actual generación de peloteros.