MERA SUPERCHERÍA, NO ES QUE HAYA RACISMO

URIAS

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

17 de Noviembre de 2022- Muy comentado en México y en algunas partes de Estados Unidos, el hecho de que Julio Urías haya quedado en el tercer puesto en las votaciones para elegir al ganador del trofeo “Cy Young” de la liga Nacional, del cual fue merecedor el dominicano Sandy Alcántara.

 

El aparente debate nace en lo que parece ser una injusticia al relegarlo al tercer puesto y dejar la segunda posición a Max Fried, de los Bravos de Atlanta, a quien presuntamente le encontraron cifras de menor relieve de que las que puso al mexicano.

 

Desde lejos, uno puede entender la reacción de la prensa nacional apelando al fervor nacionalista (algunos claman, ociosamente, que es señal de “racismo”) mientras que las reacciones en USA se podrían ver como parciales, sujetas a la afinidad con los Dodgers de Los Ängeles, equipo al que pertenece Urías.

 

Pero de fondo, lo que nos hace ver el resultado de estas votaciones para elegir a lo mejor de MLB este año es dogma creado para tratar de medir logros individuales en base al engañoso dogma de las estadísticas llamadas en forma eufemística “de nueva generación”. Dejos de una soberbiometría hecho doga o acto de fe. Se sujetan a los valores que estiman los soberbiométricos en algo que vemos nosotros como superchería extrema.

 

Por ahora, hasta la otra Julio.

 

APOYO- Así como en toda empresa productiva, en el béisbol la productividad de un gerente depende en buena parte del apoyo de sus jefes, en este caso, de los dueños de los clubes. Sobran los ejemplos de lo anterior.

 

Los seguidores al béisbol, un grueso sector, nos vamos por la fácil de echare todas las porras o todos los dardos, según sea el caso, al manager y poco reparamos la importancia central que tienen los gerentes de clubes en la armazón de los equipos.

 

Dentro de muy poco veremos ejemplificado esto al tenor de lo que suceda en el clásico Mundial de 2023.con no pocas selecciones nacionales haciendo evidente de su sus gerentes hicieron su chamba de manera correcta. En el caso de México, es Rodrigo López quien tiene la carga sobre el lomo, a quien desde temprano le están llenando el morral con la designación del manager Benjamín Gil, luego vendrá la selección de los jugadores y al final, los resultados.

 

Nadie que quiera estar en sus zapatos porque para empezar, debe lidiar con sus presuntos “jefes” que en este caso son la fantasmal federación Mexicana de Beisbol (que solo busca la foto y la lana) y la LMB a la que vemos solo apoquinando en donde sea viable y sin tener realmente vela en el entierro.

 

Amén.

 

GUINDAS- Y ya que mencionamos a Benjamín Gil, que está de moda, hay que citar que el nombramiento le llegó en un momento poco propicio luego de que su equipo de invierno, los Tomateros de Culiacán, andan arrastrando la cobija en la primera vuelta del rol regular. Y aquí el tema viene a ser, para nosotros, la armazón del equipo y la presunta responsabilidad que tiene en ello el gerente general del club, Mario Valdez.

 

Nos consta del tiempo que pasó Mario preparándose para ocupar el cargo, de los proyectos que diseñó y de cómo armó su estrategia para ocupar el cargo. Y lo principal, de lo mentalizado para enfrentar el reto de tener como manager a alguien como Benjamín.

 

Los logros le han caído, ya tiene campeonatos que presumir pero llegó la hora de tragar sapos y no hacer gestos, nada que implique salpicar par arriba o a los lados porque bien sabe como expelotero, que la cuerda suele romperse por lo más delgado.

 

Cierto es que este año los Tomateros parecen transitar sin aparentemente tener ni pies ni cabeza, con un roster que semeja haberse armado con retazos y que estarán muy exigidos en la segunda vuelta para lograr el mínimo de lograr la calificación, que resulta un mérito menor luego de que califican ocho de diez participantes.

 

El hecho de haber jalado por Edgar González y Amílcar Gaxiola en movimientos de última hora en esta primera vuelta indican que puede que el pozo sea más profundo.

Share