“NI MODO, NOS FALLÓ LA HUMEDAD”

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RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

6 de Junio de 2019- Noche muy triste la del miércoles pasado para el béisbol de verano de México, así sea que con tal de salvar el orgullo, se usen términos que buscan aliviar el desaguisado. Para ingresar a la historia, lo mismo da la puerta de enfrente que la de atrás.

 

Fue la noche en la que la humedad decidió salirse de la lista de sospechosos y no hacerle compañía al desastre llamado “Franklin”, dejándola sola con el pitcheo masquiña. No hablamos del 29-0 que los Diablos Rojos le asestaron a los Bravos de León, ni del 17-9 de Piratas a Olmecas (¡en Villahermosa!) o del 14-5 de Generales a Rieleros.

 

Hablamos de que estamos en el funeral del espectáculo llamado beisbol al que lo han venido destrozando sin pudor alguno, sin que nadie lo defienda bajo el prurito de que “eso es lo que la gente quiere ver” y si alguien quiere rebatir, nada más fácil que usar el “estamos al nivel de Grandes Ligas”.

 

Ya no se trata de defender a la pelota que usa la LMB, postura a la que recurren con sublime inclinación lerdos del negocio  y ñoños del micrófono casi con lágrimas en los ojos. “¿A poco la Franklin solo beneficia a unos equipos y a otros no? ¿’Qué no vieron que los Bravos no anotaron una sola carrera?”.

 

La tesis de Javier Salinas duró apenas la víspera y tendrá que buscar otro argumento, que la humedad no quiso ser parte de la retórica. En Villahermosa llegó el mentís de manera rotunda y en Durango no tardan en decir que se enfrentaron “dos grandes ofensivas”. Es el tiempo de enterrar al pitcheo.

 

PATÉTICO- En la ciudad de México, un marcador para borrar de la memoria, de pena ajena, con el pitcheo de los Bravos haciendo agua por todos lados y siendo víctima de la tormenta perfecta: estadio AHH, altura de la ciudad, pelota Frakli9n (ni modo) y su cuerpo de pitcheo que da grima.

 

Hay días buenos y malos pero también temporadas horribles. El  promedio de carreras limpias del equipo es de 8.29 y fueron masacrados por un equipos, los Diablos, que arrastran un poco decente 5.40 en PCL.

 

Desde la pasión del aficionado local, ¡hurra por nuestro equipo!, así sea que en el coro aparezcan quienes como deber mínimo tienen el buscar ser objetivos. Muy poco tiene de honor el cantar como “histórico” lo que en directo debería irse al pasillo de la vergüenza. La LMB desafía la ley del karma

 

Aquí ya no son las formas sino que debe ser el fondo, en donde hay mucha tela de donde cortar. ¿En verdad la Liga Mexicana de Beisbol no siente preocupación alguna por el nivel de espectáculo que está ofreciendo? ¿Será de optimismo desbordado la sensación que tienen los dueños de clubes al saber que con “eso” que ofrecen a las audiencias tendrán contentos a los patrocinadores (y no hablamos de los dueños de la Franklin)?

 

Mandan a Javier Salinas a balbucear lo que se le viene en mente, a tratar de inventar razones y pretextos, de buscar enconos gratis con quienes sí le entienden al negocio y dejar que trate a la fanaticada como ignorante. Muy poco parece importarles que el la liebre ahora maúlle y coma whiskas.

 

HECHOS- La temporada 2019 de la LMB discurre en el aceptado paradigma de “ponches y jonrones”, el mismo que Salinas parece haber aprendido en el “Selecciones” de Reader´s Digest”. Se la ha pasado defendiendo a la Franklin y hasta la razón se le concede: nadie patea el pesebre.

 

Pero más allá, observar que el capricho por jugar con 16 equipos ha impactado con que se cuente con un muy pobre nivel de pitcheo, con staffs que parece que no se ganan ni solos.

 

Que los “arduos trabajos” que se realizan en la academia “institucional” siguen sin rendir frutos, que la visión de solo buscar productos de exportación ha fallado tremendamente y así, dar la sensación de que en México abunda el talento es un cliché ya muy gastado.

 

Algo se pudrió desde hace rato en la LMB y tal vez, que no creemos tomen acción inmediata, lo que le reste a Salinas sea decir que las anteriores administraciones le dejaron un cochinero. Por lo pronto, sin conjerturas de por medio, que se joda el espectáculo. Total…

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