¿CUÁL DEBE SER EL OBJETIVO EN EL CLÁSICO MUNDIAL?

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RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

15 de Febrero de 2023- En justo apego a lo tradición imperante desde hace décadas, el sólo imaginar a México logrando el campeonato del Clásico Mundial de Beisbol 2023 inmediatamente se traduce en un sueño guajiro. Mueve a exclamar “eso apenas en sueños, sabemos de nuestras limitaciones.

 

Triste reconocer que lo anterior tiene mucho de cierto, la historia no ayuda en mucho para contradecirlo.

 

Pero lo cierto es que se vale soñar, se vale verlo como posible atendiendo que se trata de una competencia que por sus circunstancias de fechas, pone el suelo “parejo” para casi todos sus participantes, más allá de los respectivos potenciales de cada uno de los rosters.

 

Esto es, se dice que la gran mayoría de los peloteros llegan al evento no al total de sus capacidades y que apenas van entrando en calor toda vez que, se dice, apenas van iniciando sus entrenamientos primaverales que si buen solo aplica para Grandes Ligas y ligas menores, supone que el grueso de competidores se ajustan a dicha condición.

 

Es en base a estas consideraciones en que nos preguntamos, ¿cuál es, cuál debe ser el objetivo del cuadro mexicano en el próximo clásico mundial? ¿Cuáles son las expectativas que se deben crear alrededor de su participación?

 

ESTRATEGIA- A instancias de que algunos opinadores disfrazados de expertos han querido colocar en duda la aptitud de Benjamín Gil en su calidad de manager y que pretendido extender la calificación casi negativa al cuerpo técnico de esta selección, lo cierto es que si algo podemos señalar de éste es que la sobran años de experiencia.

 

Que Gil tenga como coach de banca a Vinicio Castilla suena a lujo y atrás de ellos a gente como Elmer Dessens, Bobby Magallane y a un grupo de expeloteros todos (ojo con esto) con experiencia en Grandes Ligas como coaches o instructores, otorga un buen grado de confiabilidad que la escuadra va en buenas manos.

 

Se advierten los contrapesos y con ello el equilibrio ya que se nota que mucho será, o podría ser, toma de decisiones consensuadas y no estrictamente unipersonales.

 

Esto visto a primera impresión.

 

EXPECTATIVAS- Ya en lo competitivo, vieno hacia el grupo que le tocó a México, lo práctico sería decir que en el rol de juegos asignado se pueden considerar como juego ganable el que será contra Inglaterra; los dos medianamente ganables contra Canada y Colombia y el juego complicado será contra Estados Unidos.

 

Esto sería decir que el juego clave para aspirar a un eventual primer lugar sería el de contra USA si es que a lo que puede esperarse (y desearse) se ganaran los otros tres encuentros.

 

El riesgo es perder ante Colombia o ante Canada, juegos en los que prácticamente estará la calificación para la siguiente ronda.

 

Estas son las vísperas, lo deseable.

 

PITCHEO- Es en el rubro del pitcheo en donde el cuerpo técnico deberá actuar con más tiento luego de que recordemos, en el Cásico aplican reglas condicionantes tanto para los abridores como para los relevistas. Se descartan así, casi en automático, salidas largas de los inicialistas y se deja muchas carga a los respectivos bullpens.

 

La cuestión es saber de qué forma se van a asignar aperturas, esto es quiénes serán los encargados de abrir contra qué rival. ¿Urías contra USA o dejar que Taijuan Walker lo haga? ¿Urquidy contra Canada? ¿Wilmer Ríos contra Colombia?

 

La otra es preparar la aparición de los relevistas, esencialmente los que ingresen después de los abridores. Aquí aparecen como piezas “gozne” Luis Cessa y Patrick Sandoval pero de esto se encargará el cuerpo técnico en algo que deberá ser, creemos, elemento clave en las sesiones previas de estrategia.

 

A final de cuentas, ¿qué se quiere lograr de esta participación mexicana? ¿El campeonato, la sola calificación o que se diga que fue una “buena actuación”?

 

Poco tiempo queda para saberlo.

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