LA TRANQUILIDAD A TRAVÉS DE UN BOLETÍN

POBEREYKO

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

27 de Febrero de 2023- La ocasión amerita invocar aquello de que “la pluma es más poderosa que una espada”, aplicado esto al presunto ambiente de intranquilidad que priva por estos días en la LMB. Amenazada su paz interna por un reportaje de la revista “Proceso”, la asamblea decisión dictar una aparente tregua a través de un boletín.

 

Nada se supo de lo sucedido en ducha junta, nada sobre acuerdos o decisiones relativas a la ya próxima temporada 2023 y antes de eso, un boletín a manera de desmentido y de d4esconocimiento sobre lo que establece dicho reportaje. Loas a la bonanza y puyas a lo afirmado.

 

¿Qué tan creíble resulta al boletín de marras? ¿Qué tanto hay para creer que el presunto clima de “paz y tranquilidad” que quiso reflejar el comunicado es totalmente cierto?

 

La autora del reportaje de “Proceso” no es alguien a quien se deba desdeñar. Beatriz Pereyra es probablemente la reportera más enterada y profesional con que contamos en México y sabemos que no es de las que habla “de oídas”, ella mismo en encargó de reiterar: el reportaje se armó con documentos a la mano: papelito habla.

 

Que sepamos y nos conste, Betty Pereyra no miente ni acude a las “voladas”.

 

Atenidos a ello podemos decir que el boletín LMB fue más que nada el primer recurso que se tuvo para aplicar eso del “control de daños” y tiene como intención última eso de que “se lo crea quien quiera creérselo”.

 

CONTENCIÓN- El boletín nos parece que resultó una mera medida de contención, casi para ganar tiempo y reflejo de que a los dueños les ganó el reportaje. No decimos que los haya tomado de improviso sino que prácticamente fueron pillados en la maniobra.

 

Creemos que por ahora la talacha será mantener la imagen externa de “aquí no pasa nada” pero en lo interno, revisar con suma atención lo revelado en “Proceso” pero, eso sí, bajo el acuerdo de silencio absoluto.

 

Pero nos parece que en su escrito, la liga se equivoca al enunciar que “sus asociados no prestan atención a murmuraciones externas que buscan confrontarnos”. ¿Es en serio? ¿Llamar a un reportaje documentado “murmuraciones externas”?

 

Nos late que más que llamar a esto “unidad” esto puede ser reflejo de una postura impuesta por una facción predominante al seno de la liga.

 

Tiempo al tiempo.

 

DECESO- Nada más comentado en la semana que recién pasó que lo relativo al lamentable deceso del lanzador norteamericano Matt Pobereyko, acaecido a raíz de un infarto en su país natal.

 

Apenas 31 años de edad, apenas reciente su aparición en la Serie del Caribe y su muy destacada participación en la temporada de la liga Mexicana del Pacífico.

 

Sentida desaparición física que caló hondo sobre todo en Guasave luego de que tuvo brillante actuación con los Algodoneros y logró a su paso hacerse uno de los favoritos de la afición albiazul. Merecidas las muestras de cariño y de emocionado recuerdo para él.

 

Y sí, lo clásico: recordar lo efímero de la existencia. Descanse en paz.

 

EXEQUIAS- Ya metidos en temas funerarios, habría que decir que en estos días las campanas también doblan por el béisbol “tradicional” luego de atestiguar que este deporte ya ingresó al sector de las actividades físicas dominadas por el reloj.

 

En plena pretemporada de Grandes Ligas y observando como la concentración de pitchers, bateadores y umpires está puesta en el reloj, en checar si su “timing” se ajusta a lo que hoy establecen las reglas que Rob Manfred acató según apetitos de la TV sin importar tradición alguna. “Moderrnizar” no tiene nada que ver con “descralizar”.

 

En el clímax de lo debatible: juego empatado en la novena entrada, bases llenas, dos outs, cuesta de 3 y 2 y… el cronómetro dijo que el bateador “tardó de más” en su turno y el tercer strike debió ser cantado.

 

Casi una elegía para el absurdo.

Share