TOMATEROS Y GIL, HISTORIA DE DESENCUENTROS

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RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

29 de Marzo de 2023- Y ni modo, que esta columna se redacta en guinda, que no es presamente el color más “raduante”. Luego de una muy incómoda e innecesariamente prolongada pauta de silencio, ayer salió al frente la directiva de los Tomateros de Culiacán a hacer oficial lo que dejó correr como un muy extendido rumor: Benjamín Gil ya no es más su manager.

 

Tal vez fue que la directiva guinda consideró que retrasar la noticia rindiera algún tipo de dividendos, particularmente mediáticos, sin estorbarle el hecho de que el anuncio iba a generar, como ya lo ha hecho, una gran molestia entre un grueso sector de la afición. Vamos, entre la zona “dura” de su fanaticada.

 

Que si algún desdeño pudiera hacerse (“son no más de 200 o 300 personas”) habría que considerar que esos 200-300 fanáticos son los que “hacen opinión”, los que interactúan en las redes, los que “jalan” a los “nuevos aficionados” a opinar y los que, hay que decirlo, son los que compran abonos.

 

En el boletín informativo se esgrimen dos razones para el despido (que no otra cosa): la mala campaña de la temporada anterior y “diferencias irreconciliables en la estrategia y dirección deportivas”. Lo primero, entendido como “es mejor cortar a uno que a 25” y lo segundo, “no nos gustó cómo manejó al equipo”.

 

Y mire que revelan desacuerdos con quien manejando así le dio cuatro campeonatos al club.

 

PASADO- Lo cierto es que a Gil no le deben extrañar este tipo de desencuentros con los Tomateros. Así, por ejemplo, un 21 de Septiembre de 2010, el club anunciaba que “estaba concediendo su baja al jugador Benjamín Gil, y lo dejaba en entera libertad para contratarse con el equipo de la Liga Mexicana del Pacífico que mejor convenga a sus intereses”.

 

Pasaron cuatro años para que se diera el regreso de Benjamín, pero ahora como manager, esto en Marzo de 2014.

 

Pero en 2010 no se previó el riesgo de que como pelotero, le aplicara a los guindas la “ley del Ex” vestido con otro uniforme, algo que creemos debe ser contemplado ahora como manager. Sobran clubes a los cuales no les vendría mal un timonel del calibre del tijuanense. Y ya nos imaginamos lo que sería verlo de regreso a Culiacán vestido en otra franela.

 

No hay forma de minimizar el momento.

 

RETO- LO que es dable prever es que esta decisión sobre Gil impone un reto no menor a la nueva dirigencia deportiva de Tomateros, al tándem que integran Francisco Campos y Francisco Minjares. No solamente encontrar al sustituto de un manager tan exitoso sino de armarle un equipo acorde a las expectativas.

 

De hecho, diríamos que el reto es estructurar la ruta adecuada sobre la que transite el relevo generacional del equipo, armar sobre las bases ya puestas el arribo de peloteros que sean capaces de “construir legado convirtiéndose en leyendas” y mire que esto demanda algo más que buenas intenciones.

 

Dicen que el tiempo cura todas las heridas y fuerza al olvido pero en este caso en particular, puede y el reloj haya sido forzado a atrasarse.

 

RECORDANDO- Va de recuerdo: en la temporada 1969-70 de la entonces liga Sonora-Sinaloa (hoy LAMP), los Tomateros obtuvieron su segundo campeonato en la historia bajo el mando de Vinicio García, luego de que en 1966 lograra el primero. Al año siguiente, el equipo tuvo un desempeño “regular” al quedar con record de 41 ganados a cambio de 44 derrotas.

 

Esa fue, en forma aparente, de que el club decidiera deshacerse de Vinicio, decisión que le dolió a don Juan Manuel Ley luego de que mantenía una muy buena relación de amistad con el timonel veracruzano.

 

Vía carta, JML le hizo saber de su sentir a Vinicio, diciéndole incluso que sabía del interés de los Algodoneros de Guasave, de su dueño “Güero” Félix, por hacerse de sus servicios.

 

Tal cual, los Algodoneros se hicieron de los servicios en la temporada 1971-72 de tal suerte que llegaron a la final en contra de los propios Tomateros. ¿Resultado? Los Algodoneros salieron campeones en seis juegos.

 

Sí, algo  así como la “ley de Ex” que vale citar. Digamos, no vaya a ser la de buenas.

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