RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

24 de Abril de 2023- Nos late que invocar que en el inicio de temporada 2023 de la LMB lo más sobresaliente ha sido la aparente disminución del tiempo de juego sirve más como “cobija” ante lo visto como espectáculo que, con hechos, ha mostrado que aún se ve lejano crear una “nueva realidad”. Ya hemos dicho que el uso del reloj no ayuda a mejorar la calidad del show.

 

Cierto es que resulta muy temprano como para sacar conclusiones o juicios “absolutos” acerca de lo que se viene para la campaña, las cosas recién inician y lo que se alcanza a ver es solamente el período de acomodo de las calabazas.

 

Vamos, si acaso, advertir el sonrojo del club Tigres al salir del estadio de ,los Diablos sin lograr un solo triunfo en los tres encuentros luego de que les repletaron de leña el carro en lo que fue una muy desalentadora presentación de su cuerpo de pitcheo.

 

Pero en el resto de las plazas rodo resultó como si estuviéramos en el 2022, con demostraciones mayoritarias de que es el bateo el que está en preponderancia y que de nuevo atestiguaremos al pitcheo en estado de agonía.

 

Lo anterior se saca de conclusión temprana al calor de los resultados del pasado fin de semana, el inaugural. Ojala sean señales en falso y que sean los reportes de asistencia los indicadores de que se va por buen caminol y no lo sean la duración de los juegos.

 

HECHOS- Digamos que se exagera un poco al decir que en lo general todo estuvo “en orden”. Se registraron darse algunos marcadores abultados y algunas pocas señas de que esto pudiera irse aminorando en las semanas por venir.

 

Por ejemplo, en la jornada del sábado se anotaron 121 carreras en 9 juegos, promediando 13.44 anotaciones por encuentro mientras que en la jornada del domingo se registraron 86 carreras en siete encuentros, para promediar 12 carreras por juego.

 

La numeralia no falla pero las conclusiones tienen margen de error: vamos a pensar que el pitcheo apenas se va “acomodando “ y hay que darle unos días de chance.

 

Ya lo dijimos y lo reiteramos: lo del tiempo que den los encuentros es mero recurso teatral que de muy poco sirve para analizar el impacto del producto. Que se menciones casi como factor central nos suena más a propaganda que información valiosa.

 

TÉTRICO- Lo terrible de la jornada inaugural vino a ser la presentación de los Tigres de Quintana Roo en la capital del país, tres juegos y tres derrotas pero más que eso, la muy pobre actuación de su staff de pitcheo que se vio como una auténtica zona de desastre.

 

Las cosas sirven para magnificar lo sucedido gracias a la maquinaria de propaganda con que cuentan los Diablos, tanto en detrimento de los felinos antes del exDF como para ensalzar desde temprano a la ofensiva roja. Sí, un momento como para vestir de charros a los bateadores de Diablos.

 

Pero más allá de eso, ejemplificar con esto a lo que pudiera exponerse la LMB en lo que resulta su intento de expansión, el intentar dispersar entre 20 equipos el no muy sobrado talento que existe en el béisbol mexicano si es que según se aprecia, han decidido cambiar su visión de negocio: de ser una “liga de desarrollo” a una liga presuntamente de espectáculo.

 

En aras de lograr lo anterior es que se han tomado decisiones como la de dar preponderancia al tema de los jugadores de doble nacionalidad y los “nacionalizados”, medida que imaginamos tiene esa tendencia, so pena de aparentemente “llevarse entre las patas” mantener como prioridad el desarrollo del pelotero mexicano.

 

La expansión es por eso, así lo creemos, al menos un gran despropósito.