CRÓNICAS DE BEISBOL SON COSA DEL PASADO

PERIODISTA

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

26 de Abril de 2023- Esta columna podría iniciarse citando la clásica frase de “eran otros tiempos” o bien, “así era antes”. Uno se despertaba por las mañanas con la urgencia de leer el periódico y buscar en la sección deportiva la crónica del juego de béisbol de la noche anterior. Leer y releer era una especia de magia con la cual se podía revivir lo que había sido el juego.

 

Y es que hacer crónica en los diarios era tarea digna para artesanos de la palabra escrita, era tarea vital para que así, muchos aficionados se llegaran a enamorar de este deporte. Y esto, lamentablemente, es una de las tradiciones que en la era moderna ha ido desapareciendo.

 

Lo de hoy es lo visual, el video como mejor recurso. A falta de haber asistido el estadio o no haberlo atestiguado en un streaming, ver las repeticiones, checar los “highlights” y darse por bien servido. Y de paso, por su se ocupa, darle una ojeada al box-score.

 

En México han existido muy buenos orfebres de la palabra, personajes que hicieron de las, sus, crónicas, verdaderos testimonios de lo que la gente pudo o no pudo apreciar sobre el diamante. “Fray Kempis”, “Fray Nano”, Gonzalo Camarillo, Tomás Morales, Jorge Luis Tellez, Luis Alfonso Félix.., nombres a quienes el columnista cita  porque recuerda la calidad de sus trabajos.

 

Hoy solo quedar recordarlos porque ahora parece recurso único citar a quienes hacer crónica hablada.

 

GÉNERO- La crónica beisbolera llegó a ser un género periodístico altamente apreciado al que muy pocos pudieron dominar y que se ha ido perdiendo en esta época en que vemos que el béisbol se ha vuelto predominantemente visual. Es que leer “ quita mucho tiempo”, dirían.

 

En las páginas WEB de las ligas, al menos en México, se pueden observar crónicas redactadas casi el mismo modelo que parecen seguir la misma línea, reflejando tal vez una cansada rutina o la flojera de “hacerla a fuerzas”. No se encuentran en ella algo parecido a la emoción y en la prensa escrita, la rigidez que exige el espacio, lo limitado del lenguaje y la cita de datos con los que solo se llena el escrito. Los caracteres mandan, se advierte.

 

Y muy de fondo, la ausencia de análisis, la carencia de la crítica que mejor se le deja al columnismo. Y es que tal vez sea que tengan presente que el equipo de casa es, muy seguramente, cliente del medio en cuestión, su publicidad pesa y cuenta en los estados financieros del medio y pues no hay que patear la chuleta.

 

Y esto no es privativo solo de la prensa escrita en papel, aplica prácticamente en todos los medios (aún los digitales) en los cuales parece permanecer presente la consigna de que “hay que cuidar la franquicia y la plaza”. La crítica hay que dejarla para el equipo visitante.

 

Es más, si se puede, mejor no ir al estadio y redactar la columna desde casa o desde la redacción viendo el juego por la TV o mejor aún, checando el “gameday” salvador. Total, lo de hoy es decir que “leer quita mucho tiempo”

 

VISITA- Será este fin de semana en que se realice en la ciudad de México la miniserie Gigantes-Padres que llega, suponemos, en tiempos de que el béisbol sigue “de moda” tras lo que fue un buen Clásico Mundial y una buena participación del equipo azteca.

 

A instancias de que siempre es grato que haya presencia en nuestro país el mejor béisbol del mundo, nos queda la impresión de que hay cierto punto negro de estas presentaciones, que seguramente contarán con casa llena en el estadio capitalino: el que quede en los asistentes la sensación de contraste, dejo de la comparación entre lo que vieron y lo que se les ofrece a nivel “local”.

 

No se trata de reconocer niveles sino de aceptación a la calidad: presenciar un juego de Grandes Ligas promete un nivel competitivo, se supone, cercano a la excelencia, que dura si apenas dos días para así dejar una efímera presencia que parece difuminarse en cuanto los equipos visitantes se van del país.

 

Luego, a quedarse con la realidad de lo que se tiene y ofrece. Que no deja de tener lo suyo, por menor que sea esto.

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