RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

4 de Mayo de 2023- Luce muy apurada la decisión tomada por las directivas de Bravos de León y Saraperos de Saltillo, de la LMB, por cuanto haber dejado pasar solamente 12 juegos para despedir a sus respetivos ahora exmanagers. Un manotazo en la mesa bastó para que le dieran las gracias (si lo hicieron) a Luis Mauricio Suárez y a Mark Weidemeier.

 

La medida se resuelve bajo el expediente de rutina: que se quiten los “trajes de charro con lo que los vistieron al contratarlos y a buscar otros a quien ponérselos. Eso sirve, si acaso, para taparle el ojo al macho.

 

¿Razones? Uno pudiera pensar que hubo broncas internas, que no se dio la comunicación con los peloteros y que éstos “le tendieron la cama” a los respectivos timoneles. Vamos, apenas 12 juegos celebrados no son como para sacar conclusiones del desempeño de los dirigentes tan rápido o apenas que los directivos sean videntes y hayan visto que a este paso, los equipos no llegarán a ninguna parte.

 

Y no, no podemos coincidir con el razonamiento de aquellos que afirman que como ahora en la LMB los clubes tienden a “buscar el espectáculo” pues se inclinan a recurrir al despido de managers como salvoconducto, así sea a la hora que sea.

 

¿Malos resultados? Son apenas doce juego, lapso en cual no de define nada, se muestra poco como tendencia pero, eso sí, deja ver qué tan efectivo resultó el trabajo de la directiva antes de iniciar la temporada. Lo curioso es que casi nunca se despide a nadie de la oficina.

 

NAUFRAGANDO- Es el caso de Saltillo el que más se nos complica entender sobre el despido de Weidemeier. El equipo tenía record de 6 ganados e igual número de derrotas, no ocupa el sótano aunque luce fuera de balance: tiene el cuarto mejor bateo de la liga pero su pitcheo es el peor de entre los 18 equipos participantes.

 

En el boletín en el que notificaron el despido soplo acuden al expediente de darle las gracias y dejar en blanco las razones de la salida, mencionando que queda en su lugar Mario Mendoza, quien venía fungiendo como coach de banca. Ante la omisión, surge la especulación que generalmente a los clubes en México les importa poco que aparezcan: “con el tiempo se olvida”.

 

Pero, caramba, doce juegos apenas sirvieron para reconocer que resultó una firma “equivocada. Doce juegos.

 

LUJOS-  En la era de los “bombazos” que presume el béisbol mexicano, hizo ruido la contratación por parte de los Algodoneros de Unión Laguna de Didi Gregorius, exligamayorista que tuvo a buen tener algunos buenos momentos en las Grandes Ligas. Aquí aplica eso de que “el nombre vende” así sea que este pelotero de origen holandés, de 33 años de edad, parecía estar más cerca del retiro que de continuar su carrera.

 

Y casi al mismo tiempo se anunciaba que los Acereros de Monclova daban de baja a Chris Carter, quien no pudo hacer huesos viejos en nuestro país aunque le alcanzó a que fuera reconocido como mexicano por la liga. Debutó en 2019 en la LMB, mostrando en su historial haber sido campeón de jonrones en la Liga Americana, conectó 49 vuelacercas en ese 2019, produjo 119 carreras y fue lo más sobresaliente. Ya no hubo explosiones ofensivas en los años siguientes.

 

Y hoy le tocó la guillotina, a los 36 años de edad.

 

¿NEXT?- Viendo la tendencia de los “bombazos” veraniegos, no nos extrañaría que un día de estos algún club anuncie la contratación de Gary Sánchez, el receptor dominicano a quien los Gigantes de San Francisco le cortaron su contrato y le “aire” de su sucursal triple A.

 

Así sea a la defensiva sea bastante deficiente, que su bateo esté en su nivel más bajo, no deja de ser atractivo para llamarlo a jugar en México. Jugó con los Yankees, ¡faltaba más!

 

Y ya no decimos que hasta el recién retirado Robinson Chirinos llama la atención.