CON BLUE, NACIÓ LA PASIÓN POR LOS ATLÉTICOS

JG CASTRO

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

8 de Mayo de 2023- La historia familiar parece estar centrada en fallos de apreciación… y de pasión. Así es esto. Nuestro abuelo y nuestro padre murieron sin haber visto nunca coronarse a los Cachorros de Chicago. Nosotros hemos navegado todos estos años siguiendo a los Atléticos de Oakland quienes por estos días, lo más que han conseguido es que hicieran una película sobre su gerente general.

 

Así como hubo la “maldición de la cabra” parece haber una aparente “maldición de la superchería soberbiométrica”, encarnada por Billy Bean.

 

La pasión por los A´s  nació en los años Setenta cuando aquel roster al que le acreditamos magia, el mismo al que vimos coronarse tres años consecutivos de la mano de aquel grupo de excelentes peloteros (Gene Tenace, Bert Campaneris, Sal Bando, Reggie Jackson, Catfish Hunter, John “Blue Moon” Adams, Vida Blue, Rollie Fingers…).

 

Las series mundiales de 1972, 73 y 74 teniendo el privilegio de verlas por TV gracias a la “cabalgata deportiva Gillete”, a un cuartito hecho oficina de la secretaría de Comunicaciones y Transportes que captaba las “teleondas” y admirar al equipo seguido en blanco y negro. Nos imaginábamos al inolvidable uniforme verde y amarillo.

 

Las reminiscencias tienen su razón de surgir.

 

¿TRISTE O AZUL?- Y es que nos asaltan los recuerdos al calor de la noticia de la muerte de Vida Blue, quien fuera el pitcher por el que en nueva parte nos hicimos seguidores de los A´s. Recordarlo es citar la defensa que hacíamos de que a nuestro ver, era mejor lanzador que el mismísimo Tom Seaver y mucho mejor zurdo que Jerry Koosman, también de los Mets.

 

Su figura desgarbada, su estilo tan propio de windup, sus manera de pitcher “a la antigua” y su etiqueta ganadora, razones del porqué está en nuestra lista de favoritos al lado de Mantle, Clemente, Jackson, Stargell y algunos más. (Pete Rose incluído).

 

Se muere un pelotero y queda una sensación de vació “en la lista”, de nuestra lista.

 

Descanse en paz.

 

APUROS- Cuestión de que apareciera en ciudad de México el juego de Grandes Ligas y que los Diablos Rojos salieran de gira para que se empezara a escribir la especie de sentencia para el hasta hace poco su manager Juan Gabriel Castro.

 

No sabemos ni entendemos qué apuro le ganó a la directiva del club capitalino a quien bastaron apenas 15 juegos para determinar que no era el timonel acorde a “su proyecto”, si es que éste existe. Los Diablos no se quisieron quedar atrás de Saraperos de Saltillo y Bravos de León y se convirtieron en el tercer club que cambia de manager este años.

 

Seis ganados a cambio de nueve derrotas, a cuatro juegos del liderato no resultan números que parecieran ameritar un despido a menos de que en el contrato a Castro se estipulara que había cese en caso de perder una serie ante los Generales de Durango.

 

Otra vez, reiterándose de nueva cuenta, aquello de que es más fácil (y barato) despedir a uno que a 25 y es que lo segundo será tanto como reconocer que el equipo fue mal armado, que los peloteros extranjeros han salido a deber y que en general, la fotografía tiene más oscuros que claros.

 

No faltará quien diga que con Miguel Ojeda como presidente en funciones las cosas estarían mejor pero no se duda que el guaymense esté tras las cortinas observando el relajo que se cargan los Diablos. Porque no está muy vendible eso de que “alguien” lo está reemplazando de manera tan poco afortunada.

 

Y que no se les aparezca Juan Gabriel Castro en los próximos meses vestido en otro uniforme. No vaya a ser.

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