LA LMB, LA SOCIEDAD QUE SE PUDRE

MLB ER5B2

RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

5 de Julio de 2019- Sin mayor argumento que la euforia del momento, no hace mucho que la Liga Mexicana de Beisbol salió a celebrar la firma del primer acuerdo en la historia suscrito con las Grandes Ligas, acuerdo por el cual ahora sí la LMB podría exportar peloteros a Estados Unidos de manera formal y sin tranzas.

 

Pero el gozo ha resultado efímero y la parafernalia mera propaganda: como sucede en los cuentos infantiles, el lobo sí resultó feroz y se acabó cenando a la aparentemente ingenua Caperucita.

 

En las formas, muy parecida esta historia a lo sucedido con el famoso acuerdo migratorio de México con Estados Unidos: al gobierno de nuestro país lo arrodilló Trump y lo forzó a firmar el papel que le pudieron enfrente. Se salvó el exTLC a cambio de ser ahora la policía migratoria del “preciso” de USA.

 

Así en este caso: estaba muy avisado que el gigante llamado Grandes Ligas pasaría fácil sobre la LMB, ni quien imaginara lo contrario, y aún estando sobre aviso de lo que se pactaría, hoy se dice que hay quejas por lo aceptado. Deje usted que el 100 por ciento sea hoy para el pelotero y no el 25 que antes que leoninamente imponían amparados en la ley los clubes de verano. Eso es parte del pasado, de los tiempos del monopolio exportador autoimpuesto.

 

Lo de ahora es que el prometido 35 por ciento prometido depende de cláusulas que simplicidad de por medio, llaman “letras chiquitas” que lloran “no habían detectado”. Peor aún, filtran a medios que la bronca toda es de Javier Salinas, el presidente de liga, siendo que de éste no pudieron esperar nada grandioso siendo personaje neófito en la materia y muy de muy bajo perfil para ponerlo frente a frente con Rob Manfred y su gran maquinaria.

 

En todo caso, lo que procede, es criticar y responsabilidad a los 14 dueños que habiendo sido advertidos desde 2018 de cómo venían las cosas, no anticiparon estrategia alguna, no idearon planes B o una salida por peteneras que los hiciera ver como “dignos perdedores” en el convenio.

 

En este caso, Lope de Vega dixit, ¿quién mató al comendador? “la asamblea, señor”.

 

LEITMOTIV- Si se trata de cuidar las formas, diremos que la necesidad de exporta peloteros (no diremos que la codicia) sirvió de mucho como aliciente a la LMB para deshacerse del veto impuesto en 2018 y recuperar el oropel que concede a unos pocos de los (muchos) 16 clubes que integran el circuito.

 

Las Grandes Ligas les regresaron la potestad envuelta en un papel de regalo muy diferente, en papel pautado y con una tonada muy distinta al usado hace años. Exportar ya no es el gracioso obsequio con el que la LMB hizo trastupije y medio: ahora es casi una camisa de fuerza con la que todas las ventajas son para el comprador, no para el vendedor.

 

Pero el tema de fondo no es el que las Grandes Ligas sean gandallas o que la LMB sea ingenua víctima, o incluso que a un grupo de afamados empresarios se les haya engañado con las “letras chiquitas” o que se haya suponga que Javier Salinas no era, como se esperaba, el mejor negociador.

 

Lo que se revela enteramente es que la LMB es una asociación civil a la que caracteriza que sus miembros no saben actuar como socios entre sí, que son muchas y muy marcadas sus diferencias y que por ahora, desafortunadamente, no tienen a un árbitro que sepa conciliar intereses y diferencia. Ahora sea que citemos a Alicia Villarreal cuando dice que a alguien le quedó grande la yegua.

 

¿DESPIDO?- En apego a los hechos más que a las percepciones, el tema en comento no debe ubicarse bajo la consigna de que para solucionarse, debe despedirse a Javier Salinas.

 

Muy mal se vería la asamblea buscando a su presidente como “chivo expiatorio” si es que el fallo es colectivo, si es que aquí el tepache fue derramado por todos. Más de 30 ojos leyendo un documento al cual, curiosamente, ahora le encuentras “letras chiquitas”.

 

Lo que urge, si, es que busquen ayuda urgen te con el IPADE o busquen una terapia de pareja (o de grupo). La sociedad en la LMB se ha podrido, se advierte una descomposición acentuada de los lazos que debería unirlos, uno de los cuales no debería estar presente (la codicia).

 

Hay una aguda lucha de poderes, grupos enfrentados entre sí, que se están dando con todo mientras que la mayoría de socios (los “silenciosos”) se agazapan y atestiguan sin tomar bando.

 

Y desde el balcón, casi en solitario, Javier Salinas aguantando el chaparrón, obligado a ser pararrayos porque para eso le pagan. Le han cerrado los espacios de maniobra y su staff no tiene ni el nivel ni los alcances para ayudarlo. En esto va solo y su alma.

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