LAS PRISAS DE UN JUEGO NUEVO

DIAB PERICOS

(FOTO: Diario de Puebla)

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

12 de Abril de 2024- Fuimos de aquellos que nos asomamos a seguir por televisión el primer encuentro de la temporada 2024 de la liga (antes) Mexicana de Beisbol, duelo disputado entre los Diablos Rojos del México y los Pericos de Puebla, atentos a identificar los eventuales impactos de los cambios hechos en aras, creemos suponer bien. De aligerar los tiempos que consume un juego de béisbol.

 

No fue un juego espectacular, sensacional o similar, dejando de la do los calificativos que suelen usarse en la pelota veraniega, más bien diremos que resultó un choque “curioso” en el cual lo primero que saltó a la vista fue la poca intervención de peloteros nativos. Fue en todo caso, un pleito banquetero de delegados de la ONU.

 

Duelo en el que sobresalieron los batazos de largo alcance, los cuadrangulares, revelando que el pitcheo estuvo algo flojo esperando que la tendencia marcada tienda a desaparecer con el transcurrir del tiempo.

 

Y curioso porque fue marco para ver de todo, en el terreno de juego se pudo apreciar lo que se esperaría de un béisbol de llano hasta jugadas de pelota seria. Todo cabe en un jarrito si se acomoda bien.

 

Fue la parte baja de la sexta entrada escenario apto para que se catalogara como el juego de lo absurdo: con Edwin Fierro lanzando por los Diablos, el derecho se metió en problemas al regalar sendos pasaportes y recetar un pelota para que enseguida llegara una carrera al sentenciar los umpires un balk tras violar la reciente regla de las dos “desconexiones” con el mismo bateador. Mire usted que si de por sí la regla del ensaño es todo un galimatías, ahora se agrega otro factor que, se supone, lo hace más claro.

 

EXPULSADOS- A Fierro se le hizo fácil encarar la decisión, armar berrinche y por ello salir expulsado. Mal las formas pero muy de fondo, algo de razón. ¿Cómo y porque la L(a)MB se sacó de la manga una modificación a las reglas la cual no tiene sentido, que parece no tener pies ni cabeza?

 

¿Qué tanto ahorro de tiempo significa limitar al pitcher que no saqué el pie de la placa de lanzar? ¿Qué impacto tiene esto en el desarrollo del juego?

 

Dirán tal vez que esta medida servirá para que haya más robos de base luego de que los pitcher lo utilizaban (en el béisbol “de antes”) para mantener pegados a la base a los corredores, siendo entonces un movimiento netamente defensivo que era totalmente permitido. No alcanzamos a ver su utilidad ni provecho, vamos, ni a Rob Manfred se le había ocurrido.

 

Lo que es para nosotros es que esta y otras medidas que algunos observan como “revolucionarias” hacen que la pelota de nuestros días haga que lo del pasado se advierta como desfigurado, como si la forma de jugar el béisbol de antes hubiera sido anquilosado, nada práctico y carente de equilibrio.

 

Porque justificarlo diciendo que “había abuso” por parte de los pitchers para hacer tiempo se encontraría como recordatorio de que este juego es practicado por seres humanos, que ante la presión reaccionan y toman medidas tan urgentes como evidentes: sacar el pie de la plaza era tal vez una de ellas.

 

Pero en fin, no más desconexiones… hay que crear otra realidad.

 

PALOMITA- Vaya forma de ir desenredando la madeja: resulta que las investigaciones por parte de las autoridades han arrojado que Ippei Mizuhara fue encontrado responsable de no estafar por 4 de millones de dólares sino que encontraron que el delito fue por nada menos que 16 millones. Así de golpe, el tipo de enfrenta a una condena que podría ser hasta por 30 años en el bote.

 

Como que la noticia no cayó muy bien en el sector conspiranoico que establecieron de entrada sus dudas acerca de si Shohei Othani estaría libre de culpa, pretendiendo con esto dejar en el aire una eventual culpabilidad del pelotero. No pasó mucho para que se despejara el ambiente y que se supiera cómo es que Mizuhara armó la trácala y pudo saquear los fondos ajenos.

 

Con esto, creemos, se cierra el capítulo. Lo demás ya lo llevará el viento.

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