ANGEL HERNANDEZ: CALIFICANDO A LOS UMPIRES

ANGEL HDEZ

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

28 de Mayo de 2024- EL retiro de un umpire en las Grandes Ligas pocas veces, por no decir que casi nunca, es noticia o algo relevante de notificar a menos de que se trate de un personaje de relieve. Por eso de llamar la atención de que haya armado cierto revuelo ante el anuncio del retiro del ya veterano umpire cubano Ángel Hernández y no deja de llamar la atención que la noticia de su retiro sea recibida, digamos, con cierto alivio.

 

Fueron 30 las temporadas en las cuales trabajó Hernández y eso de alguna forma motiva a que sea catalogado como uno de los representantes de la vieja camada de umpires, digamos que hechos “a la antigua”. Y para ser honestos habrá que mencionar que Hernández será recordado por todo menos por la brillantez de su trabajo: lo lamentable es que será recordado como un umpire muy malito, o algo más que malito.

 

Este hombre será recordado, entre otras cosas, por haber demandado en 2017 a las Grandes Ligas luego de que acusara racismo argumentando que por cuestiones raciales MLB no lo puso a trabajar en la Serie Mundial de 2005 y que por eso mismo, dijo, no lo habían nombrado jefe de cuarteta.

 

Tal vez no se lo dijeron pero la razón esencial es que no le dieron las chambas por malo, por ser deficiente en sus labores (reconocido por medio mundo) pero él siguió de frente creyéndose sus razones sin entender las de los demás. Lo que no llegamos a entender es porqué MLB no lo despidieron desde hace rato. Le toleraron su inclinación a la torpeza.

 

¿Se acuerda usted de su desempeño en la serie divisional de 2018 entre Yankees y Medias Rojas? Tres decisiones suyas actuando en la primera base fueron revertidas tras revisarlas en video. Y en las tres falló por mucho.

 

EVALUACIÓN- En la historia, han existido muchos y muy buenos hombres de azul en la Gran Carpa, algunos muy reconocidos como Al Barlick, Nestor Chylak Jr., Jocko Conlan, Doug Harvey, el legan dario Bill Klem o Emmett Ashford, el primer umpire negro en las Grandes ligas, debutando en 1966.

 

¿Cómo es que lograron su fama? Bueno, aún antes de que se impusiera la tecnología los juicios a los umpires se basaban en el uso del buen criterio, el tino en sus marcaciones y esencialmente su sentido de la autoridad sobre el terreno de juego. Factores que en esos entonces no eran nada intangibles.

 

A Hernández, al igual que Joe West (un contemporáneo del cubano) les tocó la mala suerte de que las evaluaciones se hicieran más rigurosas y se acompañaran de la modernización tecnológica: la repetición en video le quitó cierto encanto a las marcaciones pero les imprimió, digamos, más sentido der justicia.

 

Pero tal vez en el caso de Hernández la mayor prueba que no pasa es el juicio de los peloteros a quienes le tocó sancionar encuentros, aquellos que vivieron de cerca su accionar y el resultado de sus decisiones, tanto en base como en home y así no hay duda de que sale reprobado.

 

MÉXICO- En nuestro país se tuvo la ocurrencia de abrir las puertas del salón de la fama para los umpires bajo la modalidad del voto, según esto, de los expertos, a quienes se les confirió por arte de magia la capacidad de evaluar y hacer juicios sobre la calidad de los umpires. Nosotros sostenemos: la gran mayoría de los integrantes del comité elector no tenemos la capacidad de evaluar a los umpires, de sus trabajos y capacidad, todo se basa en apreciaciones… y propaganda.

 

Que hemos tenido muchos muy buenos, di hablar, el pasado está lleno de grandes nombres pero otros son producto de mitos que se dejaron correr a conveniencia. Ahí está el caso de Ismael Ruiz a quien le inventaron sobradas aptitudes y habilidades, le dotaron de una capacidad extraordinaria y me entronizaron. Y mientras, los peloteros de su época lo recuerdan por malo, hasta le gritaban “tarécua” a manera de adjetivo que despreciaba su valor como umpire.

 

Ahora, para facilitar las cosas de evaluación, los estándares resultan qué tantas llamadas que hacen se revisan en video, cuantas se revierten y aún más, punto culminante, de qué tanta duración tienen los juegos en que les tocara estar detrás de home. Así de sencillo, que tal vez eso será lo que diga en sus placas inmortalizadoras: “le tocó trabajar en juegos que duraron 2 horas y 3 minutos”.

 

Como para medalla de oro.

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