RINCON BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
ABRIENDO- Puede ser que nosotros seamos uno de los 56.6 millones de aficionados que, dicen, siguen cada año las transmisiones que se realizan de los juegos que integran las temporadas de la liga (antes) Mexicana de Beisbol. El pasado fin de semana honramos nuestro sentido de pertenencia a dicho grupo y nos quedamos con la pregunta del porqué la afinidad al espectáculo.
Y es que quiso la suerte de que en el ejercicio de “zapping” que hicimos en nuestro televisor, eso de cambiarle de canal constantemente, que primero el martes y luego el miércoles nos tocara presenciar un par de encuentros que para decirlo pronto, nos parecieron infumables y nos revelaron algunos huecos que es dable observar en eso que llaman “calidad del producto”.
Martes 11 de Junio, los Sultanes de Monterrey visitando a los Acereros de Monclova, parte baja de la tercera entrada bateando los locales: Jackson Flores abre el inning con sencillo, Magneuris Sierra le sigue con otro sencillo y tras un toque de bola se abre el oceano: pasaporte, sencillo con error, otro sencillo, otra base, cambio de pitcher, sencillo, dos pasaportes, dos sencillos, un wildpitch, otro sencillo cambio de pitcher y al fin los dos últimos outs del episodio que trajo 12 carreras para Monclova. El duelo terminó con pizarra de 16 por 2.
En el inter cambiamos de canal tres veces, pudimos ver casi íntegro el primer cuarto del juego de basketbol, nos chutamos todos los comerciales, vimos casi 210 repeticiones de jugadas de enceste y por eso dejamos por un rato de ser parte de los 56.6 millones de seguidores de la L(a)MB.
DIA SIGUIENTE- Pensamos que el mal fario era cosa de solo un día y el miércoles 123 nos tocó elegir la transmisión del juego entre Piratas de Campeche y los Diablos Rojos del México, celebrado en la ciudad de México. Presagiaba algo mejor de lo atestiguado el día anterior pero falló el presentimiento.
Apenas la parte baja de la primera entrada, al bat los Diablos quienes disfrutan de la generosidad del abridor rival Ramón Rosso quien concede cuatro base por bolas a los primeros cinco enemigos, receta un ponche para retirar el segundo out pero regresa por sus fueros al conceder otra base y recetar un pelotazo lo que le cuesta salir del juego.
Entra en su lugar Luis Castillo quien inicia su labor regalando otra base (la sexta del episodio) y permitir un sencillo, el primer hit rojo y que así se anotara la sexta carrera del inning.
Eso fue todo para en nuestro intento por ser parte de la audiencia, preferimos quedarnos con el basket. El choque concluyó, nos enteramos, con score de 10 por 2 en favor de los Diablos.
Ese mismo martes le dimos la vuelta al Conspiradores-Tigres que resultó un 19-2 de escándalo, el “emocionante” 12-11 del Piratas-FDiablos y ya ni le contamos lo que fue el mismo miércoles, prácticamente libramos el 20-6 que le asestó Durango a Unión Laguna, en jornada de terror para el pitcheo de los Algodoneros.
Así como que se complica mucho identificar las razones del porqué quedarse pegado a un asiento en casa para seguir un juego de béisbol.
DUDA- Seria muy interesante que la presidencia de la liga informara acerca de este tema, que pudiera desglosar los números que en forma gruesa suelta como parte de su discurso, que en forma recurrente, por no decir siempre, resalta en términos más que positivos. Por ejemplo, que se pudieran saber los índices de audiencia (que no de asistencia) en plazas como Cancún, Chihuahua, Querétaro lo Campeche.
Y que no se diga que es por morbo sino para saber a ciencia cierta de dónde salen cifras que nos parecen algo “inflados” y que de alguna forma revelan la tácita aprobación, o aceptación, a un producto que por lo que vemos no se apega fielmente al nivel de calidad con el que se vende.
Vamos, que nos den un poco de confianza a los 56.6 millones que dicen son fieles seguidores ¿o será que nada más vemos el mitote?