AL RITMO DE “SAY HEY, KID”

WILLIE MAYS

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

21 de Junio de 2024- Llegó a su fin la existencia de Willie Mays, quien fuera una de las más grandes y legendarias estrellas del béisbol. Aquí no cabe decir que “fue un pelotero de los de antes”, o que su paso por este deporte es cosa del pasado: hablamos de un tipo al que debe citársele como un grande de todos los tiempos, así entero, de lleno. En las listas que nunca faltan acerca de a quienes se consideran los mejores de peloteros que han existido casi siempre aparece primero Babe Ruth..y y enseguida Mays.

 

Jardinero central de fina estampa, quien brilló desde finales de los años 40´s hasta inicios de los 70´s, bateador que apiló 660 jonrones de por vida y 1909 carreras producidas. Para alegría de muchos, fue un beisbolistas que no necesita que su carrera se explique con vaciladas soberbiométricas o ponderaciones de superchería: fue un pelotero de excepción.

 

Como defensivo, extraordinario, con guante de privilegio, seguido se le recuerda haciendo aquella atrapada en el primer juego de la serie mundial de 1954 celebrado en el Polo Grounds de Nueva York, casa de los Gigantes, que enfrentaban a los (entonces) Indios de Cleveland. Batazo grande de Vic Wertz por todo el central que Mays corrió de espaldas a home por ese anchuroso callejón (eran 483 pies, 147 metros) y así atrapó la esférica. Eso fue uno de los puntos que selló su carrera.

 

Tal vez, y solo tal vez, solamente a un jardinero central se le pudiera acercar a compararlo con Mays, en atributos y cualidades; Ken Griffey Jr., a quien las lesiones no dejaron que incrementara cifras para convertirlo en leyenda. De ese tamaño era la calidad competitiva de Griffey pero así también la de Mays, casi inalcanzable en la comparación.

 

Descanse en paz un auténtico grande y ¿por qué no? decir en voz alta “gracias por los recuerdos”.

 

NEÓFITOS- Siguiendo de cerca las conversaciones que se tienen en un grupo de whatsapp de un grupo de cronistas beisboleros, nos percatamos de que hay una especie de debate acerca de los alcances que se tienen en México para captar a eso que llaman “nuevas audiencias” y si es que el béisbol del presente es, o no, suficiente espectáculo para atraerlas.

 

Se reconocen algunos colegas como “puristas” aunque sin dejar de reconocer lo que aprecian como eventuales bondades del béisbol moderno y es ahí donde alzamos las cejas ya que la pregunta surge de inmediato ¿acaso las modificaciones realizadas en lo deportivo están impactando en verdad para atraer mayores audiencias a los estadios? ¿Han podido los directivos acometer su encomienda en forma tal que estén presentando al deporte como una alternativa viable y sólida de entretenimiento?

 

Porque entre lo que se dijo es que buena parte de esas nuevas audiencias la componen “neófitos” beisboleros, gente que acude no por el deporte mismo sino lo que trae aparejado: ambiente en los parques de pelota, comida, bebida y demás etcéteras. Audiencias que a lo mejor poco le importan los resultados, que van a disfrutar el ambiente y a no ser parte del juego como tal.

 

Y se puso de ejemplo lo que se hizo en Culiacán en los 90´s, cuando se dio un giro total a lo que se venía haciendo para convertir al entonces “General Angel Flores” en epicentro beisbolero a nivel nacional, modelo que luego ha sido replicado en muchas diferentes plazas.

 

Aquí la visión de don Juan Manuel Ley se basó en su visión del deporte negocio: “la atracción principal debe ser un juego de béisbol y presentar a un equipo ganador, No hay mejor motivación para ir a un estadio que ver ganar a su equipo”. Así entonces el primer paso fue construir un equipo ganador, un equipo protagonista que representa lo que sería en teatro o cine, presentar a buenos artistas, estrellas que sepan “jalar” gente con su calidad, no solo con su nombre.

 

Las charlas siguen. Las ideas se mantienen fluyendo. Aquí nadie tiene la razón, esta llega tarde que temprano.

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