L(a)MB, DIGAMOS QUE ES MALA MEMORIA

ANABE RINCON

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

1 de Julio de 2024- Hoy hace justo 44 años se dio el punto de quiebre en lo que era la liga Mexicana de Beisbol, estallaba la histórica huelga de peloteros que cimbró no solamente al circuito veraniego sino al deporte nacional en su conjunto. La narrativa ha quedado constreñida a las buenas memorias, en su minoría, y al juego de interés y conveniencias en su mayoría.

 

Esta última se ha empeñado en hacerse responsable de que se intente olvidar los nombres de aquel puñado de valientes que osaron desafiar el régimen patriarcal que estaba en boga y se quiso traducir como “plan de negocios” vigente parea la era que no era sino de explotación laboral.

 

Una imagen, un recuerdo: el infielder Manuel “Pimienta” Morales presentándose en las instalaciones de Pastejé, propiedad del cacique Alejo Peralta con el objetivo de renovar contrato con los Tigres, presentó su solicitud y la respuesta fue “o firmas por lo que te ofrezco o te mando a morir de hambre”. Así se las gastaba a quien hoy muchos intentan honrar.

 

El mismo Peralta que ante el conflicto le sugirieron dialogar y en el colmo de la arrogancia dijo “yo con animales no dialogo” encontrando respuesta de los peloteros “nosotros sí”.

 

Es imposible no escribir con emoción de la fecha, del suceso y sus secuelas. Imposible olvidar del impacto que se tuvo y del valor enorme del sacrificio de los peloteros huelguistas que adquirió hacia los años por venir para quienes los sucedieron.

 

Y en la cima de ese árbol frondoso, la creación y existencia de la ANABE.

 

CURIOSO- Uno pensaría que fuera normal que la hoy L(a)MB y el Salón de la Fama, el supuestamente “autónomo” recinto de los Inmortales se atrevieran a recordar la fecha, a citarla como una de las fechas “most” para citar dado que, se supone, ya nada tienen que ver con el oscuro pasado en que Pedro Treto Cisneros, por sus pistolas, mandó vetar.

 

Que la liga y el Salón se atrevieran a citar nombres que resultan inolvidables, que se atrevieran a mencionar a Ramón “Abulón” Hernández como dirigente de la ANABE e hicieran un repaso a la lista de los que se atrevieron a irse a la huelga.

 

A lo mejor, queremos pensar, es cosa de mala memoria y no de que se siga creyendo que no es buena remover esas cenizas. Pueden pensar que donde hay cenizas hay fuego sin apagar.

 

Y sería bueno citar ese Primero de Julio de 1980 porque fue el día en que se le hizo de noche al béisbol mexicano.

 

¿PÉRDIDAS?-Tras la huelga de ese 1 de Julio de 1980 pocos repararon en el enorme hueco que se le provocó al béisbol y que bien pudo evitarse mediando el diálogo al que se negó Peralta. Se perdieron al menos dos generaciones de peloteros al quedar fuera de la jugada un buen número de jugadores que en su momento eran estelares y aquellos que prometían mucho por su edad.

 

Pregunta, ¿no habrá presupuesto, porque ya se sabe que no hay voluntad, para que en el Salón de la Fama se inscriba un muro en el que inscriban los nombres de los huelguistas y así se les pueda brindar el reconocimiento que se merecen?

 

A saber, Ramón “Abulón” Hernández, Luis Meré, René Chávez, Pablo Gutiérrez Delfín, Rafael Barrón, Fernando López, Martín Terrazas, Ángel Moreno, Alonso Téllez, Armando Lara, Jorge “Zamorita” Hernández, Alejo Ahumada, Fernando Camargo, Dagoberto Román, Vicente Peralta, Gonzalo Villalobos, Horacio Piña, Porfirio Salomón, Alí Uzcanga, Miguel Ángel Valdivia, Arturo Bernal, Víctor Cruz, Tomas Armas, José Luis Naranjo, Marco Zavala, Eduardo Rivera, Eleno Cuén, Alfonso “Houston” Jiménez, Arturo Rey, José Antonio Elguezabal, Octavio Salgado, Ernesto de la Torre, Ramón Munguía, Felipe Gutiérrez Delfín, Rigoberto Robles, Pedro Tovar, Refugio Cervantes, Francisco Campos, José María Rodríguez, Leo Rodríguez, Jesús Reynoso, Antonio Villaescusa, Ramiro Guzmán, Roberto Verdugo, Andrés Rodríguez, Paulino Peña, Joel Peña, Héctor Zamudio e Iván Villaescusa.

 

Que la L(a)MB no quiera recordar esa parte de su historia puede entenderse aunque no se justifique. Y es que de ese entonces al hoy puede que haya muy poco que presumir. El pasado se los traga.

 

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