INYECCIÓN DE MESURA AL MICRÓFONO

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RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

1 de Agosto de 2019- Tal vez una de las realidades más crudas que haya en el béisbol mexicano sea la poca presencia de cronistas y narradores independientes, de una generación de comunicadores a quienes se supondría comprometidos con el béisbol y no con quienes les pegan por su trabajo.

 

Lo de hoy es tener en los micrófonos a porristas que en su mayoría, saben hacer bien su trabajo, siendo éste el poner en la vitrina al equipo del que narra sus juegos, no buscar la proyección del deporte en sí.

 

El comentario no parte de una generalización porque aún y todo, con lo malo (y grave) que sea esta realidad, en el gremio hay quienes se salvan, hay quienes rescatan en algo una profesión en la cual históricamente hemos tenido grandes exponentes (y uno que otro hecho mito por razones no de calidad).

 

La crónica deportiva en radio y TV integra a un grupo híbrido que se ve a sí mismo como una familia y obvio entonces que sea común que se le considere (cosas de la vida) como una familia disfuncional. No todos los del grupo jalan por el mismo rumbo: la calidad marca diferencias, intereses particulares establecen segmentación y de remate, la improvisación genera rechazo. Ya otros factores ni mencionarlos (“me deben decir experto o maestro”, por ejemplo).

 

Uno quisiera llenarlos de teflón luego de que varios (no todos) no saben resbalar las críticas, no saben asumir su condición de personas (no personajes) públicos y más aún, de inyectarles algo que los salve del egocentrismo que suele atacar a más de uno (o una).

 

CASO- Recién el miércoles pasado, un evento durante el juego Pericos-Bravos en León, tan accidental como incidental. Al bateador Jesús Arredondo se le escapa el bat tras un swing, el madero sale despedido hacia el cátcher Israel Nuñez y sobresale que minutos después, el cronista local afirme que lo que pasó con Arredondo “no tuvo madre”.

 

Haya sido por convicción personal (falta de juicio) o por consigna (falta de ética) al cronista habría que pedirle tantita ma… nera de hacer las cosas. No solamente se puso en vergüenza ante la audiencia sino que se llevó entre las patas a un gremio que hoy, por cosas como esa, se coloca en la picota de la crítica.

 

Y de la foca vecina que le aplaudió semejante barbaridad, ya ni hablar. Tanto peca el que mata la vaca como quien de la salinidad hace su tarje de presentación.

 

REALIDAD- Dejemos de lado el que las audiencias digan que son “buenos“ o “malos”, que esa es cuestión de gustos. O también desdeñemos el que algunos sean “parciales” por aquello de que la gente les diga localistas. Nadie patea el pesebre: trabajan para un club la mayoría, se deben a quien les paga y en ello va implícito el cero críticas a lo propio.

 

El tema sería la objetividad, el desapego a lo que sucede para aliarse a lo que conviene a la causa que se defiende. Si la consigna es tundir al contrario, entonces vengan los misiles desde el micrófono, que habrá siempre quien defienda a quien se le olvida la objetividad en la maleta.

 

Ahí es donde radicamos mucho de lo que sucede, lo demás es lo de menos.

 

MENSAJE- El aún Peje aprovechó su homilía diaria para nuevamente hablar de béisbol y en esta ocasión dejó un mensaje muy claro: que haya una relación cordial entre presidentes de la LMP y LMB. Exacto, buenos deseos.

 

"Decirles a los presidentes de las dos ligas que nos sigan ayudando; al presidente de la liga de beisbol del verano, al presidente de la Liga del Pacífico, y que se cumpla el acuerdo que entren a jugar estos dos equipos ya en la próxima temporada, Monterrey y Guasave y van a estar terminando el estadio de Guasave", señaló.

 

Lo dicho por el presidente de México ojala anide en tierra fértil porque luego sucede que aterrizan sus palabras en zona árida,  mezquina y no pasa nada. Llega su mensaje en horas que en la LMB se están haciendo garras entre ellos y más que preocupados por sus playoffs, están trenzados en mostrar que tan malos socios pueden llegar a ser. Capaz y al “preciso” le piden una tregua mientras que se calman las aguas y chance para desahogarse del veneno que aún cargan contra el invierno.

 

Es que hay maderas que nunca agarran barniz.

 

APOLOS- Tras el fin del período de cambios en Grandes Ligas, queda la sensación de que con un solo cambio realizado, los Astros de Houston se colocaron como los grandes favoritos para resultar campeones en este 2019.

 

Integrar a Zack Greinke a su rotación fue un gran movimiento que pocos pudieron anticipar y con el cual arman una rotación abridora como para presumir en domingo y días festivos.

 

“Houston, ya no hay problema” se podrá decir. Los Astros se ven como el moderno Apolo, las naves que conquistaron la luna y todo en base a una jugada que pecó de hábil y astuta. Sorry Dodgers, pero su probable rival en Octubre se ve como mucha agua para el arroz.

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