RINCON BEISBOLERO
Por José Carlos Campos
6 de Agosto de 2019- Se ha extendido el presunto “impasse” que desde hace rato priva en la Liga Mexicana de Beisbol, solo alterada por la serie de trascendidos y rumores que sueltan algunos medios a quienes se dictan los golpes que se quieren dar. Cerca el final del rol regular, el “fuego amigo” vive días de intensa dinámica.
Más allá de lo deportivo, que debiera ser lo que interesa, los socios de la liga aplican con todo su sectarismo y se desbordan en las rabietas dejando de lado que por ahora, ese afán divisionista ha servido que para que la LMB haya sido rebasada por amplio margen por el accionar de PROBEIS y pareciera que a propósito estén dejando decaer el negocio.
Los grupos en pugna se dejan ver sin pudor alguno, algunos jalando a lo peor del sicariato del periodismo beisbolero para que se dediquen a golpear al contrario de manera incesante. Claro, a río revuelto, ganancia de pescadores.
El escenario que se está dibujando con los misiles pagados vía saldazo Oxxo hacen pensar que las intenciones son 1) vender la posibilidad de un nueno minicisma: 2) eventual creación de otra aliga de verano y 3) tumbar a Javier Salinas como presidente.
Ante el presunto desastre, nadie que salga a buscar atemperar o a calmar aguas, a pedir que se frene esta entrega adelantada de aguinaldos a los busca-chayotes y antes bien, se opta por el silencio, empezando por el propio Salinas.
No queda sino lamentar la visión tan reduccionista de quienes en lugar de abogar por el engrandecimiento de su negocio, lo prefieren dinamitar.
¿SOLUCIÓN?- Despedir a Javier Salinas, reiteramos, no sería ninguna solución, no arreglaría nada. Fuera en todo caso, reconocer la ineptitud de los dueños de clubes en la toma de decisiones.
Salinas no ha fallado por falta de competencias sino por desconocimiento del negocio del béisbol y es ahí donde sus patrones hallaron feo: no solamente no le enseñaron la tura sino que lo fueron llevando a la parte más tortuosa del puesto: a la de tener que tomar una postura a favor de uno de los grupos en pigna.
Los “patrones” dejaron correr las cosas, que la liga se les viniera abajo, entretenidos ellos en el “vente para acá”, “friégate a aquellos”, “no nos toques a nosotros”. Sobresale en esta imagen lo bien que le aprendió “la nueva ola” de directivos a los de la vieja guardia: imposiciones, caprichos y la manipulación de la asamblea de dueños. Roberto Mansur estaría orgullo de ellos.
Lo peor no es lo que pueda pasar y así lo hagan saber a través de sus agoreros de alquiler. Lo peor será cuando a la hora del naufragio aparezca un presunto salvador que mientras coma chorizo del caro (no moronga azul) les imponga condiciones y dicte medidas que a la vuelta de la esquina hagan decir “está peor el remedio que la enfermedad”.
Y todo por no saber ser socios.
MOMIOS- En una de las temporadas más ofensivas de los últimos tiempos (que ya es mucho decir), en la que el bateo ha superado por mucho al pitcheo, resulta hasta ilógico decir que en la postemporada será el segundo el que fije el rumbo.
Esto es, si de apostar se tratara, nosotros meteríamos nuestros denarios y dracmas griegos por los equipos que presentaran los staffs más decentes aún hayan sido maltratados, como todos, en este 2019.
En ese tenor, adelantando vísperas, nos inclinamos en primer término por los Leones de Yucatán (la mejor rotación de la liga con Valdéz, Negrín, Samayoa) y a la hora de buscarle “sayo” en la zona Norte nos quedaríamos con los Saraperos de Saltillo (Carrillo, Doubront, Sánchez).
Insistimos: más allá de que en el rol regular hayan sido atropellados y que los números lo demuestren, por el factor pitcheo con estos clubes nos quedamos así sea que pasiones y filias de por medio, haya quien revire y diga que Tigres o Tijuana.
Cada quien con sus preferencias.