EL ACOMODO DE LAS CALABAZAS

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RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

22 de Octubre de 2019- En el béisbol invernal, nada queda para “el mes que viene”, lo corto del calendario hace que las premuras se deban atacar casi por semana, por no decir que en apenas días. Hace unos cuantos días que inició la campaña 2019-2020 y ya llegó la hora de los ajustes, la hora del acomodo de las calabazas.

 

Aso, se dejan ver equipos que como los Venados de Mazatlán, están empezando a ver carencia de punch en su ofensiva; los Algodoneros de Guasave ponen “delay” a eventuales intenciones de buscar pitcheo abridor mientras que los Charros de Jalisco deberán otear en el horizonte del pitcheo en general.

 

En el nivel intermedio, Águilas de Mexicali, Mayos de Navojoa y Cañeros de Los Mochis a la espera de tal vez dos semanas más, de si sus roster de primera vuelta serán suficientes.

 

A Naranjeros de Hermosillo, Yaquis de Ciudad Obregón, Tomateros de Culiacán y Sultanes de Monterrey los vemos pisando en tierra firme al menos para que su primera mitad resulte positiva.

 

En unos cuantos juegos, eso es lo que se ha alcanzado a ver a nivel equipos.

 

INDIVIDUAL- Ya saltan nombres de peloteros que están aportando dosis de protagonismo. Vale la pena repasar algunos.

 

Iniciaríamos con Trey McNutt, taponero de los Naranjeros, ya con 4 rescates (ojo con el dato) y que muestra algo para alzar las cejas: en 4 entradas de trabajo, tiene 10 ponches recetados. Es decir, de los 12 outs que ha retirado, diez han sido por la vía de los strikes.

 

El taiwanés Chih-Wei Hu, abridor de los Mayos de Navojoa, a quien en 13 entradas de labor no le han hecho ni una carrera, ni limpia, sucia o descolorida, muy similar a Luke Heimlich, abridor de los Venados.

 

Y lo positivo que vemos es que en un año en donde la pelota voladora ha sido la nota, en la LMP los aporreadores no tienen nada para escribir a casa, al menos en el inicio de temporada.

 

ASTROS- Comienza la Serie Mundial 2019 y no hay forma que nos convenzan de que nuestros denarios no vayan a favor de los Astros de Houston, a quien desde hace rato hemos sostenido como nuestros favoritos.

 

Van en contra de los mucho muy descansados Nationals de Washington en una serie que mucho tiene de irónica: en el año de los records de jonrones conectados y mas ofensivas al mayoreo, llegan a esta instancia los equipos con las mejores rotaciones de pitcheo.

 

Desde ya se saborea lo que podrán ser al menos tres grandes duelos de pitcheo, empezando con el Max Scherzer-Gerrit Cole (el que supone ponches al por mayor), siguiendo con el Stephen Strasburgh-Justin Verlander y rematando con el Aníbal Sánchez-Zack Greinke.

 

Ojalá y sea una serie que se vaya al menos a 6 juegos y que nos de la oportunidad para apreciar lo que se anticipa en todo su apogeo.

 

No se diga más: Astros y ya veremos.

 

SUCESIÓN- Por los rumbos de la LMB, hay que seguir muy de cerca el proceso de selección del nuevo presidente que de alguna manera se empieza no a “calentar” sino a enturbiar luego de que están apareciendo “image makers” quenada tuene de desinteresados.

 

No deja de ser, por lo menos, “curioso” que en forma inopinada y nada casual estén brotando “sugerencias” en favor de Fulano o Zutano para que sean los qie se calcen las sandalias del pescador que dejó sin uso el (no tan bien) recordado Javier Salinas.

 

Tan de moda están, que ahora resulta que casi se pretende que el presidente de liga sea votado por ¡la afición! Y casi a mano alzada. Algo les ha de urgir para llegar a tales extremos que rayan, mínimo, en lo absurdo.

 

Más “curioso” aún es que dentro de las ternas que se han estado manejando (y manoseando) se estén insertando nombres de comunicadores a quienes se les adjudican,  no sin razón, aptitudes para el puesto. El atrevimiento deviene, según entendemos, porque es precisamente un comunicador quien en estos momentos mantiene el interinato, como lo es Gabriel Medina.

 

En los argumentos que se manejan (lo que hay que leer) no falta eso de que “conoce bien la liga”, “la quiere mucho”, “es amor de muchos años” o “es que no tiene chamba por ahora”. Todo se vale, así sea que existan no tan ocultas intenciones (e intereses) en los promoventes bajo el fin último de que regrese el viejo régimen de beneficios “peso por palabra”.

 

LÓGICA- Obvio que a los actuales dueños de clubes lo menos debe presionar es que los medios se sientan ahora con la potestad de (im)poner a un presidente, y si es que esto  es a cambio de “no habrá críticas”. Existen otras prioridades.

 

Lo primero debería saber qué perfil han definido los dueños de clubes del puesto, si es que persistirán en que sea un personaje que cuide de los aspectos torales del negocio sin descuidar lo deportivo y que además, sea lo suficientemente asertivo para entender que el puesto no es para tener que elegir entre melón o sandía, es decir, entre los grupos desde hace rato en pugna.

 

Lo que deviene de ahí es precisamente ponerse de acuerdo en si acaso seguirá la no tan sorda batalla, deberán elegir a un presidente que no se fije en pequeñeces, que acate lo que sus “jefes” le digan pero que sea pararrayos de lo que llegue.

 

Hay quienes defienden que sea Gabriel Medina quien se quede con el puesto, que no deja de ser buena opción, habida cuenta de que además de habilidades, tiene más mano izquierda que Ponce y Armillita juntos.

 

Si acaso, hay que decirlo, a Gabriel la ha correspondido ejecutar (ojo) planes y estrategias en lo deportivo que no han sido del todo efectivas. Ha sido parte de estos años de “innovaciones” y ajustes que terminaron de cuajar. Claro está que por encima de eso, queda la institucionalidad.

 

De todas formas, sea quien resulte el elegido, creemos que el formato ideal sería tener a un presidente con el que se regrese a lo a lo operativo para que las grandes decisiones se tomen en consejo, si es que finalmente se deciden a verse, tratarse y aceptarse como socios No suena mal, aunque se reserven las dudas.

 

Ojala y haya pronto consenso y no creen condiciones para que todo se resuelva con una sugerencia desde Palacio Nacional. Eso sería lo menos indicado.

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