¿LA ANABE AL SALÓN DE LA FAMA?

ANABE7

RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

8 de Noviembre de 2019- La muy próxima realización de la ceremonia de exaltación del Salón de la Fama en México, que esperaba turno desde hace casi 5 años, motiva en mucho a que cada aficionado haga un repaso mental a esa lista de favoritos que, a querer o no, cada quien guarda en la mente.

 

El miércoles 13 ya tendrán su propio nicho Fernando Valenzuela, Daniel Fernández y Ricardo Sáenz además de que la vieja guardia directiva de la LMB, en desuso y ya no en vigencia, podrá acercarse para aplaudirle a Cuauhtémoc “Chito” Rodríguez… y a lo que en su momento representó.

 

Siendo que por ahora, en estos días, se respira un clima más relajado, de mayor convivencia y apertura, no saldría sobrando que la directiva del Salón (léase Alfredo Harp) se atreviera a dar un sonoro campanazo y de una vez sacudiera la mesa de un manotazo: que en esta ceremonia se anunciara la apertura total, sin censura ni resabio alguno, al movimiento de huelga de 1980 y levantar la reja que ha impedido el paso a los integrantes de la ANABE.

 

Sería extraordinario que los presidentes de liga (Gabriel Medina LMB y Omar Canizales LMP) se sumaran a la propuesta y gestionaran, para empezar, que varios anabistas, encabezados por Ramón “Abulón” Hernández, se hicieran presentes y fueran reconocidos públicamente.

 

Sería así que el Salón de la Fama se hiciera cargo de la “operación cicatriz” a la que históricamente la LMB se ha negado por pruritos forjados en el oscuro período iniciado con Alejo Peralta y continuado en la nefasta gestión de Pedro Treto Cisneros. Ya es hora que la LMB, esencialmente, se disculpe consigo misma.

 

NEXT- Y es que puede ser que en ese movimiento de 1980 se encuentren a varios expeloteros que merezcan estar en el Salón y se evite así acudir a nominaciones simplonas y/o carentes de méritos que incluso, incumplan los supuestos parámetros de la inmortalidad beisbolera.

 

Lo anterior no requiere mucha explicación, que revisando la lista de entronizados se percibe que tienen nicho algunos que la verdad, no lo merecieron.

 

Desde el mismo “Abulón” (esencialmente por su papel en el movimiento histórico) pasando por Luis Meré, el “Houston” Jimenez, el recién fallecido Eleno Cuén y muchos más que fueron protagonistas de aquel 1980 inolvidable.

 

No se necesitaría de mucho, no se habría de exigir trabajo extra al historiador del Salón, Horacio Ibarra, para que desenterrara los méritos ni la trascendencia de personajes y hechos. Todo está documentado.

 

Ojala y que haya quien le hable al oído a Harp, ojala y que en la asamblea de la LMB ya no haya rescoldos de esa soberbia llevada al desprecio por lo que pasó hace casi cuatro décadas y que nadie se oponga a la idea.

 

Y mire: celebrar en 2020 el 40 aniversario de la ANABE abriendo el Salón de la Fama a sus integrantes.

 

SUCESORES- Y después de la generación 2014-2019, ¿qué sigue? Después de Valenzuela, el Danny y Saiz, quiénes? De acuerdo, Francisco Campos de cincho pero, ¿quién más que cubra el perfil de ser un Grande, un inolvidable?

 

El futuro luce, lo menos, sombrío. Sí de acuerdo, estarán Pablo Ortega, Walter Silva a lo mejor, se pueden prospectar a los que hoy son ligamayoristas pero, ¿y luego?

 

¿Dónde, cuáles y quienes las figuras que mañana podrían merecer la exaltación?

 

SUCESIÓN- Poniéndole ribete a esta entrega, y al tema, debemos decir que el béisbol de verano, la LMB, debería sacar provecho de la supuesto interinato de Gabriel Medina en la presidencia ejecutiva. Puede y que los buenos proyectos que se pueden aterrizar con Gabriel en el cargo se vengan abajo llegando otro a ocupar el puesto.

 

Porque atenidos a la lista de aspirantes que anda circulando, no hay quien llene el ojo ni convenza del todo. No diríamos que hay advenedizos pero sí que se mencionan a uno que otro que además de que va al nopal porque hay tunas, no deja de esconder que representa mucho de lo que la LMB ni quiere ni desea.

 

Y menos si al lado trae fauna de acompañamiento como para mejo cerrar la casa. Así que mejor, señores dueños de clubes, ¿por qué mejor no probar con Gabriel?

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