El Rincón Beisbolero

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Saul Soto

RINCON BEISBOLERO

Por José Carlos Campos

 

16 de Diciembre de 2019- La partida del Paquín Estrada hace ver que por lo pronto, y un rato más, el béisbol mexicano quedará sin personajes de leyenda a quien recordar. Lástima grande, por no decir que sea lamentable, que el bache pretenda ser llenado con imposturas, grandilocuencias que abaratan los calificativos y absurdas pretensión de magnificar presuntas idolatrías.

 

Las decisiones que se tomen desde ya para elegir nuevo miembros del Salón de la Fama revelarán este escenario. Para nosotros, queda claro que son dos al menos los personajes beisboleros que quedan en resguardo: Francisco Campos y Saúl Soto. Ellos son los siguientes, después ¿quién sabe?

 

Nos referimos a peloteros que en base a esfuerzo y talento has forjado su propia leyenda personal, que tras de sí cuentan con números no solo para el asombro sino para mencionarlos con la reverencia que merecen ese tipo de personajes.

 

Tal vez, si, el que se asoma en el horizonte sea José Manuel “Manny” Rodríguez, aún y que su arribo a ese tan especial olimpo se vea lejano pero al menos, números tiene.

 

Una evidente conclusión es que los legados se agotan, que las nuevas generaciones de peloteros podrán tener tanto o más talento que sus antecesores (¿Antonio Osuna más que Aurelio López?) pero en la exigente visión retroactiva parecieran carecer de ese “algo” que les daba la identidad de notables.

 

De esos, la verdad, pocos hoy.

 

¿COMPARACIONES?– Como cátcher, Paquín Estrada se codea con una élite en donde los nombres de pocos se pueden mencionar, empezando con el de Miguel “Pilo” Gaspar y tal vez incluyendo a Gregorio Luque y el de Sergio “Kalimán” Robles.

 

Existe una “segunda división” en la que cual se pueden ubicar a Beto Palafox, Rudy Sandoval y Jaime Corella entre otros, generación que en retrospectiva, tendría que compararse con la que integraron Miguel Ojeda, Humberto Cota y Gerónimo Gil, receptores que pudieron incluso llegar a las Grandes Ligas, teniendo como eje intermedio a Alejandro Treviño.

 

Y es precisamente de eso “olimpos” de los que hablamos, de ese nivel de peloteros, de los que fueron capaces de hacer sonar su nombre más allá de la plaza donde brillaron, del estadio donde fueron locales y de los medios que les fueron leales.

 

Y es que a partir de hace algunos años, la mercadotecnia ha incidido para forzar supuestas idolatrías que quien imponerse con calzador, empecinados los medios y periodistas en abusar del abaratamiento de los calificativos porque ante todo, surgió la urgencia de venderle a la fanaticada idolatrías que ligas y clubes necesitan… y que sean “pagables”.

 

Así el escenario hasta este 2019.

 

¿PECADO?– Suena muy raro que a través de las venditas redes sociales se nos haga creer que el copropietario de los Sultanes de Monterrey de invierno tal vez deba alguna factura de su vida anterior o algo muy malo ha hecho como para en muy pocos años ganarse el rencor de algunos medios de comunicación y periodistas anexos.

 

La historia de “tiro por viaje” se  podrá esclarecer pronto porque no hay crítica que resista cien años ni crítico que al sostenga sin sustento.

 

Y es que a  veces, hay periodistas que se casan con la idea de que las críticas son como hachazo al árbol y que este tarde que temprano, deba caer, sin darse cuenta que a veces el árbol sea de caoba… y el hacha queda sin filo ni credibilidad.

 

Pero en la victimización queda el intento y en el pecado la penitencia.


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