RINCÓN BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
25 de Abril de 2020- La situación de conflicto que priva en Mazatlán, azuzada por el ayuntamiento como ya comentamos, propicia que los comentarios se extiendan hacia la viabilidad de la Serie del Caribe, pactada a celebrarse en Febrero de 2021 en el puerto.
Ya mencionamos que en el ejercicio de autoexaltación en la que anda el presidente municipal, se aventó al vacío con eso de que (por sus pistolas) podría no haber beisbol en temporada regular de LMP para los Venados pero, gesto magnánimo del edil, claro que habrá $serie del Caribe para Mazatlán ya que hablaría con los directivos de la Confederación del Caribe para decirles que sí les prestaría “su” estadio.
Nos late que pudo haber cuidado mejor sus palabras el químico Benítez y no andarse disparando al pie, por no decir que el tiro se le pudo ir por la culata.}
Habría que esperar, por ejemplo, si no es que la directiva del club Venados, concesionarios del estadio, no deciden comprar los derechos del evento y en tanto, convertirse en los interlocutores directos para ver asuntos del serial. Ese movimiento cambiaría la ecuación.
Otro punto seria que de común acuerdo, y ante las trabas que el gobierno municipal, está colocando, el club Venados y la LMP pactan de común acuerdo llevarse la fiesta a otro lado, suponiendo que por ejemplo, Culiacán recibiera la Serie de manera emergente.
El común denominador aquí es que en ambas eventualidades, la comunidad mazatleca sale perdiendo. Un evento que genera muchos dólares, millones, dejaría de realizarse y dejar de beneficiar a diversos sectores productivo del puerto, esencialmente el turístico.
Si esa es la apuesta que está haciendo el presidente municipal, más vale que se vaya “recazando”. Nos parece que las fichas las está colocando en los números que no van a salir premiados.
ESTATUTOS– Por cierto, si la intención última del presidente municipal es que los Venados ya no sean operados por la familia Toledo y que en su lugar aparezcan empresarios que reconozca en sus redes sociales como “favoritos”, bien valdría la pena que fuera averiguando en qué consiste el término “franquicia” para la LMP.
Esto es, cada club actual es poseedor de potestad de hacer beisbol de la liga en la plaza asignada. Por ende, es a los Toledo a quien corresponde armar el espectáculo en Mazatlán y además de que apenas la misma LMP (su asamblea) podría despojar al club de dichos derechos de franquicia (violación a estatutos, claro) la única manera de que el caballo cambiara de riendas sería que la familia Toledo vendiera al club, incluso y trasladando al equipo a otra plaza.
¿O es que no le suena el caso Guasave?
Recordar aquel 2014 en el cual el Ing. Jaime Castro Parra, entonces dueño de los Algodoneros de Guasave, recibió la oferta de empresario de Guadalajara, pactó pronto y así se escribió la historia. Eso y que no faltaron los que insistían en que se irían a Tijuana.
En este tema de hoy, faltaría saber la opinión del gobernador Quirino Ordaz al respecto. ¿Estará de acuerdo en que el beisbol de vaya de Mazatlán? ¿En que no haya Serie del Caribe en 2021?
Y conste: Ordaz Coppel es nativo de Mazatlán. Como que no es difícil saber de antemano las respuestas.
BLANDENGUE– Pues el comisionado Rob Manfred no falla, es un moderno Robin Hood; donde pone el ojo, pone el desatino. El reciente anuncio de las supuestas sanciones a los Medias Rojas lo hacen ver como un como un muy torpe “reformador” del beisbol contemporáneo.
Al estilo 4t, anuncia sanciones que no lo son e impone castigos que lo que realmente resultan casi “el perdón de los pecados”.
La vara con la que midió a los Astros y a los medias Rojas fue harto diferente, como que las adquirió en tiendas diferentes. A los primeros les dio trato de enemigos, a Boston la clemencia disfrazada de “justicia” aparente.
Las reglas parecen estar sentadas: a los equipos “de primera”, el recurso de la trampa estarán más o menos soslayada. Para los “de segunda”, todo el peso de los estatutos.