El Rincón Beisbolero

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SELECCION5

RINCÓN BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

4 de Agosto de 2021– Se dijo de antemano porque parecía ser evidente… y lo fue. La selección mexicana de beisbol fue a Tokio para solamente celebrar tres juegos, sufrir tres derrotas y quedarse así lejos de aspirar a ganar una medalla. Los muchos cuellos que querían colgarse  dicha medalla mejor se retiraron, ahí será mejor dentro de algunos años.

 

Ahora, viene el silencio, también esperado, esa pausa que busca/desea/apuesta a que el tiempo se haga cargo de todo y que traiga consigo el olvido, ese que supone borra la afrenta. La basuraa ponerse debajo de la alfombra, nada nuevo.

 

¿Culpables? ¿En verdad es necesario encontrar a los responsables o es que acaso no saben las razones del fracaso?

 

Un proceso que desde su origen resultó viciado, al que llenaron de células cancerosas, una tras otra. Nunca se supo a ciencia cierta quién o quiénes fueron responsables del equipo, esos que decidieron cambiar de jinete a mitad del río, que resolvieron sobre las rodillas remover del puesto a Juan Gabriel Castro, el manager que logró la calificación, para supuestamente mover piezas y armar un mejor roster. El proceso lo rompieron, la inmediatez ganó.

 

El desastre se armó en esa armazón administrativa sin pies ni cabeza en donde al parecer, las intrigas palaciegas valieron más que otra cosa. “Es que el beisbol es el deporte del presidente” dijeron y sobre esa frágil (¿imaginaria? narrativa se dedicaron a trazar una ruta que salió de ninguna parte para llegar a ningún lado.

 

No se busque sobre el terreno de juego lo que estaba en el escritorio. Se jugaron muy mal las cartas, el resultado era más que esperado.

 

DOS TEMAS– Obvio que el resultado final desatara la furia del colectivo nacional, que derrumbara entusiasmos y vapuleara júbilos anticipados. Muchas aristas para repasar el asunto.

 

Un ángulo a revisar serían los tiempos de planeación, la asignación de responsabilidades y atribuciones. Se acudió al viejo esquema de “elijamos a lo que haya disponible, lo vestimos de charro y ya”. ¿Convocar con días de anticipación al evento teniendo cuatro años para hacerlo?

 

Otro sería la hoy fijación de acudir a los jugadores de doble nacionalidad, de dar por bueno que el mexicano no nativo era la mejor opción por obra y gracia de ser formado en otras tierras. Eso bajo el (a lo mejor falso) racional de que era mejor llevar “lo que el país produce”.  No faltaron los que por ejemplo, pedían que se llevara una selección muy nativa que fuera manejada por el Che Reyes. Cada quien sus apreciaciones.

 

El nulo chequeo de los rivales, actuar como si se tratara de lucha de niveles, cero scouteo, cero análisis previo porque lo de casi siempre, la improvisación campeó por sus fueros. No faltó el periodista que intentara caracterizar a los rivales de México bajo el simplismo de opiniones personales disfrazadas de de “sesudos comentarios”. Dijo que el roster de Israel “era un chiste” y nadie más contundente a la hora del resultado final.

 

Y no se deje de mencionar el armado del roster y algo que parece ser esencial. El dopaje, el tácito reconocimiento de que en México, en la LMB, el uso de sustancias se limpia a billetazos, a supuestas multas qu hacen la magia de havcer desaparecer lo que hoy está prohibido. Los que pedía que fueran dijeron “no” porque no pasaban las pruebas correspondientes,  algo sabido, no reconocido y menos combatido.

 

Vandrán meses de silencio, la ley “omerta” en pleno porque a final de cuentas, el pararrayos ya estaba dispuesto. La inoperante, inútil y fantasmal franquicia lamada FEMEBE se tendrá que tragar el sapo y no hacer gestos. Total, su presidente seguirá tomándose fotos. asistiendo a eventos y brindado con los amigos, Paría bien vale una misa, el honor de los “patrones” queda a salvo.


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