El Rincón Beisbolero

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RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

4 de Febrero de 2022- Con la coronación de los Caimanes de Barranquilla concluyó lo que fue una muy buena Serie del Caribe, celebrada con todo éxito en Santo Domingo, República Dominicana. De entrada, habrá que decir que cayó por tierra lo que parecía ser un dogma al afirmar que fuera de México, el torneo no podía ser exitoso y bien organizado. En este 2022, nada más lejos de ello.

 

Se cumplió cabalmente el compromiso se salvaron todos los obstáculos y los dominicanos pueden sentirse orgullosos del evento que armaron.

 

Por lo demás, qué refrescante fue el resultado final, con el cuadro colombiano alzándose con el cetro tras un brillante desempeño, despojándose en vilo del virtual ropaje de “cenicienta” que se le atribuía en la víspera y logrando el campeonato de la serie venciendo en la final al cuadro dominicano, que se suponía, al menos en el papel, como gran favorito del torneo.

 

Nadie que reclame nada a los dos contendientes en lo que fue la final. Juego muy en el nivel de lo que fue la serie, pareja, nivelada, bajo el mando del pitcheo que en esta serie fue el mandón.

 

Se disfrutó en serio la serie, reiterando que este torneo se revitalizó, toma nueva fuerza y puede que esté entrando en una nueva fase.

 

AUTOINMOLACIÓN– A fuerza de hacerlo pasar como cierto y hacerlo pasar como “dato objetivo”, suena a choteo eso de que tras terminado el torneo, el resultado del equipo mexicano sea calificado como “fracaso”. O son ganas de autoinmolarse, ganas de ganar likes en redes o protagonismo que (a lo mejor) alguien pague, que no dejar de ser una muy buena opción, según la costumbre.

 

Si no ser campeón es fracaso, entonces metamos en esa canasta a los cinco equipos que no lo fueron, quedando a salvo a los monarcas Caimanes. Curioso es que el supuesto “fracaso” de Charros incluya, entre otros detalles, haber derrotado a los que resultaron campeones.

 

Bajo las condiciones con que se jugó el torneo, la calidad competitiva que se vio y el armado que se dio al cuadro mexicano, pocas dudas quedan de que una participación que rayó en lo buena, que se quedó en límite de sobresalir aún más al perder en semifinales ese dramático 2-1 ante Dominicana pero que resalta que después de todo, se cumplió en el nivel de protagonismo.

 

Que se diga misa, pues.

 

¿REGRESO?– Queda como tema concurrente el que para muchos, el nivel mostrado por Roberto Osuna en el invierno, particularmente en este Serie del Caribe, merecería un eventual regreso a las ligas Mayores.

 

Habría que ser muy rigoristas para no admitir que el taponero derecho se observa en buena forma física, que se mostró afinado sobre la loma de lanzar, controlado y con fuerza. Se le vio una buena mezcla de lanzamientos aunque su recta no parece ser lo que apenas 2 o 3 años era.

 

Tal vez no sean las habilidades beisbolísticas las que en USA se fijen para el posible regreso sino que sigan atados al recuerdo de su incidente fuera del diamante estando con Toronto. Esa sería, en todo caso, la barrera que se interpone.

 

URGE- Lo que de alguna manera se dejó ver es que al béisbol mexicano le urge acelerar sus pasos para activar un necesario cambio generacional en su materia prima. Lo visto con los Charros da prueba de ello.

 

Mucho material nativo que apareció ya está en su aparente período de declive, al estilo de Agustín Murillo, Chistian Villanueva y Japhet Amador, por ejemplo, sin jugadores que ofrecen, aportan, pero ya no es dable exigir de ellos lo que  años atrás rendían. Si acaso, polvos de aquellos lodos. Son material útil, valiosos, claro, pero que esta clase de eventos se advierten desdibujados más y sin que se pueda decir que alguien siga sus pasos.

 

No es lo mismo caso de un José Cardona, muchacho joven, con ambiciones, que bien representó en  Santo Domingo a esa nueva hornada que se desea pronto aparezca.

 

Asi las cosas.


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