El Rincón Beisbolero

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MANFRED CLARK

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

24 de Febrero de 2022- En un escenario mundial dominado por el temor, que la guerra Rusia-Ukrania no da para más, persiste en el ambiente deportivo la zozobra ante la eventual decisión que la temporada 2022 de las Grandes Ligas sea cancelada. Las negociaciones en curso, lo que se da a conocer, es que hasta ahora nadie dobla las manos.

 

Sabido es que el fondo del conflicto que tratan de dirimir es el dinero, puja en la cual ambos lados esturan la liga lo menos que pueden aún y que se tiene presente que los posibles daños afectarían sustancialmente los intereses que dicen defender.

 

Con la eventual cancelación de la campaña, los peloteros estarían algunos peloteros dejando de ganar muchos miles, millones de dólares. Eso sería los que tienen sueldos millonarios y quienes en realidad no se verían tan afectados. Pero el daño sustancial recaería en la mayoría, entre los cientos de jugadores alejados de los contratos de muchos ceros y que están a la deriva.

 

Los dueños de clubes ricos son y ricos quedarían pero dejarían de ingresar millones ante la falta de operaciones y tendrían que verse afectados en el corto y mediano plazo ante el previsible alejamiento de patrocinadores y aficionados.

 

No hay forma de ver en esta disputa un bando que se declare ganador si es que en esta guerra de egos lo que importa a las partes es verse como triunfantes unos y derrotados otros.

 

Eso apenas para el terreno de juego.

 

VATICINIO– Aún y todo, si a algo podemos nos podemos atrever es a anticipar que el resultado final será que prevalecerá la sensatez, que para el fin de semana emergerá humo blanco y la noticia será que si habrá temporada. El desenlace llegará, creemos, producto del miedo de ambas partes por perder lo más por pelear por lo menos.

 

Y es que a ambas partes no les conviene seguir esta ruta de no ceder, de situarse en la intransigencia, de no alcanzar a ver que el perjudicado directo es quien sostiene el espectáculo, que es el aficionado, y que éste es quien no les perdonaría este desaguisado que se ha armado.

 

Y que si nos vamos más allá, recordemos que cuando la segunda guerra mundial, el béisbol fue una especie de bálsamo para paliar en algo las heridas de la sociedad gringa.

 

Algo así está en el perol, una huelga que se coci9na en tiempos revueltos.

 

EXTRAÑEZA– Raro es que el club Tomateros de Culiacán no haya aún expresado su pesar por la muerte del padre José Isidro Guerrero Macías, el “Padre Chilo”, quien en vida llegara a ser un fiel seguidor de la causa guinda y parte central de una de las grandes historias del club culichi.

 

En Enero de 1996, un año antes de que el Papa lo designara obispo de Mexicali, en aquel playoff de los Tomateros contra Águilas de Mexicali iba ganando 3 por 0, el padre Chilo se apersonó con don Juan Manuel Ley y le pidió una oportunidad de hablar con los jugadores. Accedió el directivo y la plática se hizo. Los Tomateros remontaron y ganaron la serie 4-3 para der ahí resultar campeones de liga y luego monarcas del Caribe.

 

No fue la única vez que el padre Chilo se hizo presente con los Tomateros, fueron varias veces en las que intervino para asuntos de motivación espiritual, incluso en formas directa con algunos peloteros.

 

Hoy, se lamenta, y mucho, la ausencia física de Guerrero Macías en Culiacán y el club que él arropó, lo olvida. No hay espacio siquiera para la gratitud.

 

Qué pena.

 

ADIOS– Sí, desde aquella pequeña polémica a finales de los años Setenta de si la mejor canción de la banda Uriah Heep era “July Morning”, pasando por la polémica radial que sostuvimos tratando de definir si el automovilismo era o no un deporte y las lides facebookeras acerca de la ética del ciudadano debía o no normar la gestión de un gobierno.

 

Fue un privilegio conocerte, Oso, mi apreciado y admirado Gerardo Osornio. El ávido lector, el Maestro que luchaba para que sus alumnos entendieran que la educación hace personas libres.

 

Ya nos veremos y seguiremos platicando. Hasta siempre, Oso.


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