El Rincón Beisbolero

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RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

 

16 de Marzo de 2022- Hoy en día, pareciera ser que la gran aspiración del pelotero profesional no es “hacer el trabajo”, cliché que deviene de años sino en primer lugar, “ganar mucho dinero”. Eso pareciera ser la realidad de nuestros días.

 

Ser un buen pelotero no para presumir la grandeza sino mejor lucir los muchos ceros del dinero a devengar, que éste sea el factor con lo que se juzgue: gana mucho porque es un jugador fuera de serie. El tamaño del cheque revela la grandeza deportiva, sería el nuevo paradigma.

 

Y ya con el dinero asegurado, ya en la chequera, a disfrutar la vida, a pasear la honra y la nada oculta ostentación. “Si me lesiono, no importa, el dinero está en la caja”.

 

Pareciera que hay un cierto abandono de ideales de competencia, a los motores de la competitividad, el reciente paro laboral dejó ver que la lucha que se libró fue ante todo seguir garantizando el estado de cosas, el que sea un negocio en donde lo vital sea asegurar que más peloteros ganen mucho dinero, sumas que suenen incluso fuera de la realidad. Las Grandes Ligas como una máquina de hacer millonarios.

 

Y en los países que exportan peloteros, la defensa para que no haya un draft internacional, que no se quiebre el desgastado sistema en que permite al alta corrupción, las muchas trácalas que se dan, la alteración de papeles, el uso de esteroides en los prospectos, mucho de ellos menores de edad, el pingue negocio de “buscones” y entrenadores.

 

Sí, es el dinero, el maldito dinero.

 

ACCIDENTE– Tiempos de para laboral y tiempos de relación de ocio. Unos entrenando mientras tanto y otros gozando el momento. No hay tentaciones imposible de acometer por aquello de que con dinero en la buchaca, ni quien se mortifique.

 

Fernando Tatis Jr. no midió las eventuales consecuencias. Se subió a una moto, en modo de suma diversión, se originó el accidente y el resultado fue que le diagnosticaran tres meses de inactividad deportiva tras ser sometido a una intervención quirúrgica. Los más leales no sugieren más allá de “inocencia” en el actuar, no irresponsabilidad. Pocos infieren osadía porque mejor es decir que hay “exceso de juventud”.

 

Hablamos de un pelotero que recién firmó por 340 millones de dólares con los Padres de San Diego, sí, de más de 6 mil millones de pesos mexicanos que bien pueden animar a varios a decir “ya logré lo que quería, no más esfuerzo”. El incidente mueve a reflexionar, mueve a pensar que desterrar la mentalidad que parece hacer surgido en esa hasta no tan extensa camada de jugadores millonarios, en esa idea que se está generalizando de que “me paguen por lo que creen que valgo” y tras ello, los menos, que se esfuercen en convencer de que sí los valen.

 

El paro laboral, después de todo, revela muchas cosas del béisbol de hoy.

 

JOYA– Terminados los casi cien días de paro, el interés se centró en lo que sería un intenso proceso de cambios y movimientos, algunos de ellos provocando cierto revuelo.

 

Se mantiene el interés en descubrir qué club finalmente se hará de los servicios de Freedy Freeman, el hasta ayer presumiblemente inamovible primera base de los Bravos de Atlanta, club que sin remordimiento alguno lo dejó fuera de sus planes. En su lugar, bastó acudir a ese soberbiomética alacena llamada Atléticos de Oakland para obtener al muy buen inicialista Matt Olson.

 

Freeman esperando nuevo equipo y su boleto de ingreso al club de los millonarios, al lado tal vez de Carlos Correa. Parece que ya no hay nada que mostrar, por eso la búsqueda de sus servicios, los méritos ahí están, cuestión de ponerle cifras jugosas.

 

Así las cosas.


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