RINCON BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
28 de Marzo de 2022– Los Cardenales de San Luis recién anunciaron que firmaron al dominicano Albert Pujols por un año y por 2.5 millones de dólares. Se consuma así el regreso a su franela de origen de uno de los mejores bateadores de la historia que para algunos, además, es uno de los mejores peloteros de la historia.
Queda para la especulación las razones de dicho regreso, de qué fue lo que motivó a los Cardenales para optar por jalar de nuevo a Pujols, hombre de 42 años que desde ya se sabe que jugará poco, que muy posible vea acción lo menos posible y cuyo aporte al equipo será, en la víspera se cree, muy limitado.
¿Acaso se dio la firma para darle una posibilidad, por mínima que esta sea, para que llegue a los 700 jonrones de por vida? ¿Serían entonces razones, digamos, más sentimentales que deportivas?
No es poca cosa llegar a este año con 679 cuadrangulares, a solamente 21 de ingresar a un club en el cual integran solamente tres jugadores: Barry Bonds con 762,. Hank Aaron con 755 y Babe Ruth con 714. De ese tamaño es la grandeza de lo que eventualmente busca Pujols.
Llega tras una estancia con los Angelinos de Los Ángeles que pasó con más silencio que estridencia, opacado en mucho por el estruendo que se hace en torno a Mike Trout y muy lejos de aspirar a un retiro con luego de que los Angels juegan, participan y a ningún lado llegan.
SIMILITUD– Vamos a darnos el lujo de comparar este regreso a Pujols a los Cardenales con lo que sucedió en México en 1981 con Héctor Espino, ya con 41 años en ese entonces, con facultades mermadas pero ya con el aura de Gran Estelar bien ganada.
Había salido Espino de los clubes que con los que ganó fama en LMB, Sultanes y los Alijadores de Tampico, empezó a rodar por diferentes clubes y tras la huelga de peloteros de 1980 y quedar sin club que lo contratara, la liga decidió dejarlo al mejor postor. Era en ese entones la LMB una liga que integraban 16 equipos.
Nadie lo reclamó de inmediato, no hubo puja visible por el gran cañonero y ya al final, fueron los Diablos Rojos del México quienes le lanzaron un salvavidas al contratarlo.
Tuvo Espino una campaña muy discreta, con todo y que los Diablos, dirigidos por Winston Llenas, resultaron campeones. Los viejos aficionados de la causa roja citan el cetro pero no citan glorias de Espino. Su aporte pareció cosa invisible.
Tal parece que a Pujols le aventaron en este 2022 un salvavidas para que de alguna manera, vaya preparando lo que parece un inminente y muy digno retiro, muy propio de quien seguramente, será miembro del Salón de la Fama “sin tocar baranda”.
DEBATE– Poco a poco se ha ido normalizando el que a jugadores de doble nacionalidad, bien rankeados como prospectos, se le nombre casi en automático mexicanos sin reparar en prejuicio alguno. Quedaron atrás los año en los que, por ejemplo, decirle “mexicano” a Adrián González servía para el revire automático de “no es nativo así que no es mexicano”.
Ahora es otra la realidad. Baste ver que Marcelo Mayer sea nombrado como prospecto “top” de los Medias Rojas para que surja sobre él ese ánimo nacionalista que muy lejos está del debate de si es o no nacido en nuestro país.
Algo bueno tiene lo anterior ya que por lo menos, no irrumpe de inmediato la absurda obsesión de adjudicarlo como “producto de nuestro béisbol”, algo que no hace mucho era lo común en varios clubes del verano mexicano, que de alguna manera intentaban así justificar el presunto cobro de “derechos de formación” del pelotero.
Pero se entiende así que la doble nacionalidad sirve para rescatar orgullos perdidos, méritos extraviados y levantar en algo el supuesto prestigio de un sistema que devino de algo corrupto sobre el que se hizo elegía a un esquema el cual, por lo menos, sirve para esconder las fallas estructurales de la pelota mexicana.
Amén.