El Rincón Beisbolero

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CANTU

RETIRO Y DESPEDIDA DE JORGE CANTU

 

5 de abril de 2022– Habría que reconocerle a Jorge Cantú el correr la cortesía de informar al público que este es su año de despedida de los diamantes. Pocos son los jugadores que en México capaces de tener el comedimiento de hacer saber al público de una medida que casi por costumbre, la retienen en carácter de privada.

 

Con el retiro de Cantú podemos presenciar, tácitamente, la extinción de una muy buena generación de peloteros aztecas, la misma que integraron peloteros de la talla de ​Alfredo Amézaga, Adrián González, Vinicio Castilla, Erubiel Durazo, Karim García y Benjamín Gil, entre los más relevantes.

 

De entrada, y siguiendo una línea del tiempo, habríamos de recordar a Cantú siendo sujeto al entonces clásico “no es mexicano” al hacerse notar que nació en McAllen, Texas, aunque más tarde y hasta ahora se le ubica como criado realmente en Reynosa, Tamaulipas. Sufrió por un rato lo mismo de lo que fue víctima Adrián González. Al menos le tocó presenciar la “apertura” de este tema al nivel de exacerbado nacionalismo que rige hoy en día. (Ya es paisano de Chris Carter, por ejemplo).

 

Más que nada,  las notas sobresalientes de quien fuera originalmente shortstop se dieron en Grandes Ligas, estancia de ocho años en la que destacan par de campañas de más de 25 jonrones y de 100  o más producidas (con los Rays y Marlins). Dio de qué hablar, hizo notar su presencia y mostró su calidad.

 

Luego de sui tiempo para ir a Korea para finalizar su periplo iniciado en 1999 participando en la LMB, en donde jugó para Tigres, Toros y Diablos Rojos.

 

En el verano mexicano, lo más destacado fue el 2015 con Tigres, que resultó campeón, año en el que dio 26 vuelacercas y produjo 100 carreras. Usted lo recordará que no pudo jugar la final por una lesión con aquellos felinos de Roberto Borge.

 

El retiro de Cantú mueve a la evocación de sus buenos momentos, que los tuvo, y a ubicar su carrera básicamente en Estados Unidos. No encontramos, nosotros al menos, abundancia de hechos como para calificar su paso por la LMB de “grandioso”.

 

Lo central del tema, lo más relevante para nosotros, es ver cómo es que con su salida del béisbol cerramos un capítulo generacional del pelotero mexicano. Concluye así la vida activa de una camada de peloteros que puede ser calificada como una de las mejores de la historia, sobran los indicios.

 

No hay duda alguna de que si de algo puede presumir Cantú, y con razón, es que como pelotero honró a carta cabal la profesión, se dio y entregó, lo suyo fue el deporte. Profesional de cabo a rabo.

 

Se le reconoce tanto como se le agradece.

 


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