RINCÓN BEISBOLERO
Por: José Carlos Campos
21 de Abril de 2023– Se develó el telón y de ahí surgió el nombre de Alfredo Amézaga quien será a partir de este año el nuevo manager de los Tomateros de Culiacán. Para efectos prácticos, digamos quew para efectos públicos, la noticia fue recibida con ciertas reservas por una fanaticada de Culiacán que aún no digiere del todo la salida de Benjamín Gil.
Lo común y en boga es que las nuevas contrataciones se les “vista de charro” y se le cuelguen atributos y cualidades que se reservan para el caso. Las presentaciones oficiales son la ocasión perfecta y en el caso de Amézaga no fue la excepción.
El nuevo manager guinda no requiere mucha presentación si es que nos remitimos a su pasado como pelotero en la cual destaca, por supuesto, si trayectoria por Grandes Ligas. Y en la Mexicana del Pacífico se subraya su pertenencia a los Yaquis de Ciudad Obregón, guardando un apartado a su breve estancia con los Tomateros que ahora dirigirá.
Una decisión que se le debe acreditar al gerente deportivo Francisco Campos, el personaje que más sabe de beisbol de la directiva al lado de Francisco Minjarez, quienes ahora hacen el 1-2 en este rubro en la organización guinda.
Llega el obregonense bajo el entendido, reconocido por él mismo, que se trata de un gran desafío.
DIFUMINAR– Seguramente que para el aficionado de los Tomateros el gran reto de Amézaga será el lograr que la imagen de Benjamín Gil se difumine en forma rápida y que sea una constante que se hagan contrastes de manera recurrente. Porque de antemano la cosa será escuchar eso de que hay un “antes y después” de Gil.
El ahora coach de primera base de los Tigres de Detroit tendrá una prueba intensa a partir de Octubre no solo por estar al frente de una franquicia que “pesa” en el invierno mexicano sino que desde ahora deberá estar atento a que versión de Tomateros estará dirigiendo, poner atención al roster que estará a su cargo y si este se ajusta a las características competitivos que le quiere imponer al equipo.
Los resultados serán los que cuenten, suponemos.
TENTACIÓN– Inició la temporada 2023 de la liga Mexicana de Beisbol y en automático, las grandilocuencias de costumbre, las florituras en lo que se lee y escucha y la obvia pompa que acompaña los “cebollazos” que llueven cada año, incluyendo los autoelogios.
Este año surge una suculenta tentación para aquellos a los que corresponda: la duración de los juegos, el estar dale que dale con mencionar los tiempos en que se agotan los juegos y dejar así de lado los análisis sobre la calidad del producto.
Esto es, que se adopte cual si fuera una nueva métrica (superchería) de la secta soberbiométrica el mencionar el tiempo de juego y que le agregue al calce que en caso de reducción, es un logro de liga, sin reparar lo que debiera ser prioridad, en este caso, mejorar el nivel de espectáculo.
Y esto no va ligado uno con lo otro sino que hay otros factores, incluso de mayor valía, a considerar, como lo es la utilización de una pelota más “decente” que contribuya a equilibrar al pitcheo con el bateo.
Y poner atención al aparente equilibrio de fuerzas entre los equipos, que la competitividad no sea frase “de cajón” sino hecho evidente. En eso no hay reloj que cuente ni pese.
Pero, ¡ah, las tentaciones!
CUIDADO– Nos pareció muy acertado el comentario que escuchamos en la transmisión de ESPN del juego inaugural: los 12 segundos entre pitcheo y pitcheo para los lanzadores sin gente en base lucen muy pocos y esto entraña algunos riesgos.
¿Cuándo veremos un pitcher que llegue a la sétima entrada y a cuantos lanzadores veremos ya en el quinto inning pidiendo esquina? Esto presupone un desgaste infernal para los cuerpos de relevistas, un anticipado sobreuso no porque sus abridores sean “garroteados” sino porque sea el cansancio el factor letal.
Ya sabremos con el tiempo si el razonamiento anterior cobra visos de realidad, que sería algo así como verificar que son “víctimas del reloj”.