El Rincón Beisbolero

RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

21 de Octubre de 2025- Un repaso por la historia del béisbol en México (mal contada, plagada de mentiras) nos revela que así como ha evolucionado el deporte así lo han hecho las diferentes generaciones de los empresarios que se han vestido de directivos. No siempre, nos dice la historia, la motivación lo ha sido el negocio,

Si repasamos la fundación de la liga (antes) Mexicana de Beisbol y de la vieja liga de la Costa observaremos que lo que fundaron fue en sus comienzos proyectos que tendían al mero impulso al deporte, que veían números solo como referencia que apuntalara la existencia de ambos circuitos. Pero los años forzaron al cambia de visión.

Directivos con perfil de mecenas había, hoy son lobos vestidos de ovejas, no hay quien quiera regalar el espectáculo que hoy en día ya no es barato. La L(a)MB ha intentado disfrazar mediáticamente a Alfredo Harp Helú como un patriarca pero lejos anda de ello, los Diablos Rojos no son obra de caridad sino negocio pleno y redondo, que se advierte poco menguado con respecto a los Diablos de cuando Roberto Mansur, de cuando las tranzas todas se veía con símbolo de dinero (pesos y dólares).

Y en la hoy Mexicana del Pacífico se tardaron poco más pero ya le entienden a eso de que el béisbol debe ser negocio redondo, donde todos ganen y no solo unos cuantos.

GUASAVE– Hace años, el propietario de los Algodoneros de Guasave lo fue el agricultor Reynaldo Valencia Amador, gente de bien, entusiasta, al que animaba su gusto por la pelota y el de su comunidad,

En una junta de liga, Valencia se quejaba: “señores”, dijo a sus colegas, “ando fregado, ando arrastrando la cobija, no tengo lana, He tenido que pagarle a los peloteros embargando mis cosechas y pues así no se puede”.

“¿No tienes patrocinios, Reynaldo?”, preguntaba el doctor Arturo León Lerma, quien era el presidente de la liga.

“Nomás me caen unas empresas de la región, me llega poco”.

Interrumpió de repente el presidente de los Tomateros de Culiacán, don Juan Manuel Ley para decir “yo te echo la mano, Reynaldo, mi equipo es para jugar en una liga estable, firme, que compita”.

Ley López se comunicó entonces con los jerarcas de grandes empresas nacionales (Bimbo, Telmex, etc.) y consiguió que patrocinaran a los Algodoneros.

TUCSON– Bajo esa especie de lógica debe observarse la decisión tomada por la directiva de los antes Mayos de Navojoa, la familia Cuevas Valenzuela, hijo de Víctor Cuevas Garibay, su padre, quien muchos año estuvo al frente del club. Ahora a su hijo tocó esta nueva era.

Lejos de ahondar en las razones para abandonar Navojoa, franquicia con aroma histórico en nuestra región, habría que fijarse en lo que debe haber sopesado para decidir su mudanza a Tucson y los racionales que pudieron influir para que los demás directivos aprobaran el movimiento. Entendamos: no solamente pudo ser para alojar a su equipo en un lugar más seguro para la inversión sino para arrojarle a la liga un punto cierto para atraer recursos.

Cuevas no creemos se haya lanzado como el borras a la aventura, debió medir todos los impactos y repercusiones a nivel liga porque ya se sabe que en estas lides lo que debe importar también son las otras plazas.

Hoy es un cuadro itinerante, aún no pueden celebrar juegos como local pero llegará el momento en que lo puedan hacer y ya sabremos si la jugada fue acertada… o acaso todo queda en “al menos lo intentamos”.

Tiempo al tiempo.

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