El Rincón Beisbolero

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RINCON BEISBOLERO

Por: José Carlos Campos

25 de Junio de 2025- Hace ya muchos años, cuando iniciábamos nuestra travesía por el béisbol, un gran amigo, vecino por aquellas fechas, nos llevaba al béisbol casi de la mano. Junto a él y su grupo de amigos, muy aficionados a la pelota, recibimos como primera lección para ser un buen fan de pelota, que los estadios eran un lugar donde “casi” todo se vale. La cuestión era el “casi que nos señalaban.

Y es que en esos ayeres, tal como pareciera hoy, el asistente a los parques de pelota sabían y sentían que los espacios eran para disfrutar los juegos, para emocionarse o aburrirse, para expresar de mil maneras sus emociones y soltar todo lo que se tenía atrapado. “Es mera catarsis” nos decían.

 Pero la lección más importante que nos dejó aquel grupo era que todo debía ser con respeto, al local y al visitante, al contrario y a sus seguidores, a los peloteros de uno y otro bando, a los umpires a quienes les tocaba la peor de las suertes recurrentemente. A todos se les podía gritar pero no se les debía debía insultar, estaban todos en lo suyo, muy en su derecho.

Lo más grave a nuestro juicio era cuando a alguno de los protagonistas se les gritaba un “burro”, al umpire un “ciego” y a un aficionado al rival se les enseñaba un jersey o gorra del cuadro local. Era lo más, digamos, “normal”, una especia de muestra de que se era aficionado al deporte Rey. Y hasta ahí.

Pero como muchas otras cosas, las actitudes del aficionado han cambiado.

EXIGENCIA– En el presente, el asistente asiduo a los estadios pareciera despreciar al aficionado de nuevo cuño, tildarlos de “villamelón” y así colocarse é en un nivel superior, de casi experto, una especie de “superioridad moral” que exige ser atendida y reconocida. Y es que hoy, la verdad, pocos son los que en sus crónicas saben dirigirse a las nuevas generaciones de fans.

Se repite como lugar común que de este deporte se aprende algo nuevo todos los días y no falta razón. Esto lo identifican hasta los propios peloteros y managers. Cuestión de que se note que algunos, por no decir muchos, no conocen las reglas del béisbol y dejan que las interpretaciones queden al gusto y de paso, que el aficionado, quede aún más confundido.

En días recientes nos tocó presenciar un pequeño debate generado por la opinión de alguien que pareciera estar enterado del béisbol, lo suficiente para soltar un post en “X” casi exigiendo la banca por no decir que el despido para Robinson Canó por no estar mostrando cifras que lo ratifiquen como gran estelar de la L(a)MB.

Cierto, los números del dominicano no son tan lucidoras como las de 2024 pero de eso a pedir que lo “cepillen” nada más se entiende ubicando al “criticón” como un aspirante a conocedor, reduciendo su calidad de espectador a “villamelón”. Con el tiempo podrá mejorar su entendimiento a este deporte, por ahora, solo dejarlo ser y dejarlo que se equivoque.

ARIZONA– Y todo lo anterior lo produce enterarnos de que ayer, en juego celebrado en Chicago entre Diamondbacks de Arizona y los Medias Blancas locales, a un espectador no se le ocurrió otra cosa que mentarle la madre al segunda base de los D´Backs, el dominicano Ketel Marte, “gracia” que hizo llorar a Marte luego de que su progenitora murió en 2017.

Pero al “gritón” se le hizo fácil asumir que por pagar un boleto tiene derecho a todo, axioma que muchos dan por bueno y cierto, pero se ler olvidó que en todo caso, también en los estadios existen (y qué bueno) reglamentos de comportamiento. El club local lo detectó, lo identifió y lo expulsó: rompió las reglas, se quiso pasar de vivo, aquí va su castigo. Para agravar la situación, MLB decidió expulsarlo de todos los estadios indefinidamente.

Y aquí el recuerdo de lo que nos decía Nelson Barrera: “así esté lleno un parque de pelota, puedes escuchar todo lo que te grita el aficionado, lo bueno y lo malo. Y de esto último,pocos saben que duele hasta el carajo”.

Se diría entonces que el buen aficionado no es el que sabe más, sino el que más lo respeta.


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